Nueve palabras con un nuevo significado
El lenguaje no solo describe la realidad, hoy
sabemos que la crea. “Cuando las personas hablan entre sí, el mundo se
construye”.
Yo también lo creo. Y sé que la palabra tiene
el don de crear, lo aprendí cuando estudié Programación Neurolingüística.
El primer asunto en el que deberás poner tu
atención es en tu dialogo interno. Las palabras cuentan y mucho, juegan a favor
o en contra.
Así que, para cambiar tu realidad, cambia tu
diálogo interno, es decir, el modo en que te hablas a ti mismo.
¡Recuerda que eres la persona con quien más
vas a “hablar” durante toda tu vida! identifica las palabras y las expresiones
negativas, el "vocabulario perdedor”. No puedes permitirte el lujo de
mantener diálogos internos negativos (sale carísimo). Simplemente, pulsa el
botón "pausa” y detenlo.
Cambia tu vocabulario y cambiará tu vida.
Las palabras son herramientas.
Haz declaraciones en voz alta, impregna de su
vibración cada célula de tu cuerpo. Convierte tus afirmaciones positivas en
decretos, y tus decretos en "autoprofecías cumplidas”.
Seguramente, ya sabrás que en los libros
sagrados leemos: “La palabra se hizo carne”. ¡Qué manera tan metafórica de
expresar que las palabras se hacen realidad!
Las personas de éxito utilizan "palabras
ganadoras". ¿Eres de esas personas? He escrito este libro, entre otras
cosas, para llamar la atención de aquellos que utilizan, sin saberlo, el poder
de su propio vocabulario para perjudicarse.
Tus palabras siempre trabajan, a
favor o en contra.
Trataré de explicarlo:
Las palabras son combinaciones de sonidos, y
cada sonido lleva asociada una vibración. De ese modo, cuando utilizas un
vocabulario positivo, tu estado vibracional es elevado. Y viceversa. Las letras
son letras; y las palabras, palabras. Sin embargo, cada palabra ha sido
pronunciada infinidad de veces por nosotros y otras personas antes de ahora; en
consecuencia, llevan adherida una carga emocional concreta. Y el simple hecho
de pronunciarlas, activa su vibración tal como sucede con un mantra o palabra
de poder. No te gastes en especular porque es así, acéptalo ahora y cuestiónalo
en el muy hipotético caso de que te falle.
Ahora piensa, ¿Qué palabras-trampa vas a
desechar para recuperar tu poder?
Una de las tareas que suelo proponer a mis
clientes de Coaching consiste en
revisar el vocabulario y expresiones más frecuentes. Enseguida comprueban como
ciertas palabras de baja frecuencia se repiten con increíble regularidad.
Haz dos listas: “palabras ganadoras” y
"palabras perdedoras”. Sabrás a qué categoría pertenece cada palabra por
la clase de energía que genera en ti. Ahora ¿Qué lista es la más larga?,
¿Comprendes su efecto en el tiempo?
Tengo una palabra mágica; "Abracadabra”,
¿Te resulta familiar? Seguro, la usan los magos. Lo que ya no es tan conocido
es su origen (arameo) ni su significado “Mientras hablo voy creando” ¡Es lo que
todos hacemos!
He seleccionado nueve palabras en torno a las
cuales gravita mi actual vocabulario. Son mis palabras mágicas. Su vibración
inspira mis actos y me enfoca hacía mis auténticos deseos. Son mis “palabras de
culto”. Su comprensión ha representado para mí una gran diferencia. Sin
embargo, confieso que en mi diccionario particular, estas palabras tienen ahora
un significado muy distinto al que aprendí en su momento.
Deseo era el
origen de todas las desdichas (creía que a los sueños son “pura fantasía”).
Pero hay una gran diferencia entre desear (voluntad de hacer lo necesario para conseguir una meta) y
codiciar (ansiedad por hacer cualquier
casa para conseguir una meta). Cuando la codicia toma el control de un deseo,
lo mata; o peor aún: “mata” a quien codicia. Deseo. Si está en tu corazón, alguna razón habrá.
Disciplina era
sinónimo de obediencia e imposición. Sé que en realidad significa “ser
discípulo de una idea poderosa”, de un pensamiento creativo. Disciplínate. Sé
discípulo de tu misión o lo que es lo mismo: entrégate a un propósito para que
este te transforme a ti y a tu vida.
Aceptación significaba ceder o renunciar. Para mí, hoy
significa dejar de resistir. Es abandonar la posición de negar lo-que-es y abrirme a lo-que-podría-ser. La rendición interna
implica confianza en la inteligencia del universo. Acepta. No podrás liberarte sin aceptar antes. Nada transforma
tanto una situación como su aceptación para pasar a la siguiente.
Responsabilidad era sinónimo de obligación. Ahora
significa; "habilidad para dar una respuesta”. Para mi consiste en aceptar
el desafío de crear el futuro a cada instante. Responsabilízate. Adiéstrate en responder desde el ser en lugar de
reaccionar desde el ego.
Confianza significaba
fe ciega —carente de razón y lógica— y espera pasiva. Hoy significa certeza con
total desapego del momento en que ocurran. En realidad, implica una actitud
interior muy activa. Confía. Da en
todo momento lo mejor de ti —y olvídate del resultado—, y con seguridad éste
llegará. Cultiva una actitud desinteresada por tu propio interés.
Compromiso era
obligación. Ahora representa el espacio común entre quién soy y lo que expreso;
pues no hay ninguna diferencia. Para mí, es la actitud que permite que me
alcance mi destino. Un compromiso es un "acuerdo interno” sin reservas. Comprométete. Que no exista diferencia
entre quién eres y lo que haces. Estar comprometido o involucrado es muy
diferente. Si solo te involucras, cuando las cosas se compliquen, abandonarás.
Pasión significaba
ímpetu y arrebato. En la actualidad, representa amar las causas y disfrutar con
entusiasmo del proceso que conduce a los efectos. La pasión desapegada es la clase de impulso que conduce a la cima.
Apasiónate. La pasión es el combustible que consigue que el trabajo no te canse
y que los obstáculos no te detengan.
Imaginación era lo
irreal. Hoy la imaginación es el puente que me conduce desde mi realidad actual
a mi realidad deseada. Imagina.
Ejercita la visualización y la formulación de preguntas poderosas que exciten y
fecunden tu imaginación.
Fluir significaba
dejarse llevar y renunciar al control. Ahora me recuerda que hay momentos en
los que es preciso hacer y en otros basta con ser. Todo se reduce a una danza
entre la acción interna y la acción externa. Fluye. Actúa según el ritmo del momento. Haz como el bambú, que con
su no-oposición resiste la fuerza del
viento. Lo flexible no puede romperse.
Recapitulando:
1. Deseo ante la codicia.
2. Disciplina ante la
desidia.
3. Aceptación ante la
resistencia.
4. Responsabilidad ante la reacción.
5. Confianza ante la
impaciencia.
6. Compromiso ante las
excusas.
7. Pasión ante la apatía.
8. Imaginación ante la
repetición.
9. Fluir ante la resistencia.
No abandones
tu propósito y él no te abandonaré a ti
Muchas personas se olvidan de soñar. Es una
triste verdad. Se niegan lo que más anhelan. Desisten de su destino después de
tacharlo de "imposible”. Renuncian a “inventar” un futuro deseado y
aceptan un futuro previsible.
Si este es tu caso, este libro te mostrará
que no hemos venido al planeta para sobrevivir nada más, sino para hacer
visible lo invisible. O tal como lo expresa el famoso endocrinólogo ayurvédico
Deepak Chopra: “Para crear el mundo en todo momento”.
Este libro está dedicado a crear vidas
extraordinarias.
Pero, vayamos a los números.
Según las estadísticas, 80% de los
emprendedores abandona tras el primer intento. Y casi el 100% desiste después
del segundo intento... Eso no es precisamente un ejemplo de perseverancia y
determinación que se diga. Dos intentos, uno... o ninguno. Y en eso queda todo.
Debes haber oído que los abandonos prematuros
son la mayor causa de fracaso. En mi experiencia he aprendido que para
atravesar la puerta correcta antes hay que llamar a muchas puertas equivocadas.
¿Es justo? ¿Es injusto? ¡Así es la vida! Te pondré un ejemplo: cuando fundé el
CEHUPNL con el propósito de enseñar la Programación Neurolingüística como
herramienta para el desarrollo humano y empresarial. Toqué cientos de puertas
equivocadas durante 4 años. Fue duro pero yo estaba dispuesto a aceptar
centenares de negativas si era preciso. A lo que no estaba dispuesto era a
renunciar a pesar de todo.
Quienes abandonan prematuramente, algún día
se preguntan afligidos en qué se les fue la vida. Finalmente, descubren que lo
peor de su vida es lo que no intentaron. Triste. Y entonces concluyen que la
vida es muy corta como para vivirla sin pasión. ¿Es tarde? Nunca lo es. Pero
responde tú mismo a esta pregunta después de meditar la siguiente cita de Zig
Ziglar, motivador de motivadores: “No importa lo viejo que seas, eres más joven
de lo que nunca serás”.
Tomas Alva Edison, el mayor inventor de todos
los tiempos, constituye un ejemplo de lo que se puede conseguir con tesón.
Hasta la fecha nadie le ha superado en número de patentes. Entre otros
inventos, desarrolló la pila eléctrica después de unos cincuenta mil ensayos.
Otros muchos inventos suyos se perfeccionaron tras una cifra de pruebas
parecida pero esto nunca fue para él una causa de desánimo. Lo que otros llaman
fracaso él lo calificaba "resultado no deseado”.
Las oportunidades para abandonar abundan, las
excusas también: no tengo tiempo, no es el momento, es difícil, no puedo, etc.
Son señales de "debilidad mental”. Si alguno de esos pensamientos trampa o
grilletes mentales te paraliza, ten a la mano el remedio: crea la visión del
logro (en especial, en los peores momentos).
Si me permites la observación, te diré que
cuando más abandonos adviertas a tu alrededor, más cerca estarás de la cima.
Es un síndrome bien documentado. Déjame
ponerte un ejemplo de “El síndrome de la otra orilla” o “El síndrome de la
cima”. Personas que a unos pocos metros de la otra orilla, o de la cumbre,
envuelto en la niebla o una nube perdieron de vista su objetivo. Y entonces sin
el estímulo visual, se vienen abajo y abandonan… ¡A unos pocos metros de su
objetivo!
Antídoto: cuando sientas la tentación de
abandonar, pregúntate si no estarás renunciando demasiado pronto. Concédete un
día más, un kilómetro adicional, un nuevo intento, un esfuerzo extra.
Si un sueño habita tu corazón es porque eres
capaz de hacerlo realidad. Fue puesto en tu corazón por algún motivo. Te fue
otorgado; y al aceptarlo, concedido de antemano. Lo que buscas te busca. Lo que
amas te ama. Encontrarlo te transformará profundamente y elevará tu vida a un
nivel nunca antes conocido.
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