lunes, 29 de febrero de 2016

Tercera parte de “El Método de los Deseos Cumplidos” (Artículo 1)


¿Cuál es el nivel al que me sentiría orgulloso?
Trasciende tus límites
Vincent van Gogh afrontó su primer intento de obra maestra, The potato eaters, tras tomar el siguiente compromiso: “He de pintar lo que aún no soy capaz para así aprender cómo hacerlo”. La clase de pensamiento que posee la audacia de la ausencia total de limitaciones. Este es el nivel al que me gustaría conducirte durante esta jornada.
Idea básica: un límite es el síntoma de un miedo, y un miedo es una creencia deformada de la realidad.
Resulta que aquello en lo que crees es lo que se convierte en tu siguiente realidad.
Pero ¿Cómo deshacerse de una limitación? ¡Ignorándola! Matándola de aburrimiento. Lo digo completamente en serio, no hagas ningún caso si alguien dice que esto o aquello no puede hacerse. Señala un límite a un niño y lo conservará por el resto de su vida. Los límites sobreviven en las mentes que aceptan límites. Los atletas rebajan sus marcas porque no creen en límites. Colón descubrió un continente porque ignoró los límites.
Después de un seminario alguien me preguntó: ¿Cómo puedo identificar los límites? “Examina tus creencias –le respondí— y conocerás los límites de tu vida. Tus reglas no escritas establecen a cada momento lo que es posible y lo que no. Eres libre de creer lo que quieras y en base a tu libertad, también puedes cambiar tus reglas”. Al cabo de unos meses, me escribió: había iniciado un prometedor negocio. Final feliz.
Me gusta recordar que no hay problemas imposibles sino mentalidades imposibles, más allá, el problema simplemente no existe. Es lo que llamo ser más grande que el más grande de los problemas. Crecer por encima del problema para dejarlo atrás. En realidad, ¡Tú tamaño —y no el del problema— es lo que cuenta!
Es momento de preguntarte si deseas jugar a un juego más fuerte para el cual deberás trascender tus techos de cristal. ¿Te interesa? Este texto pretende sacar a la superficie toda tu grandeza. Sé que muy pocas personas te habrán animado "a ser grande” de veras, pero mi trabajo es justamente ayudarte a ello.
Seleccioné diez buenas preguntas para desatar a la mejor versión de ti. Te invito a que las contestes por escrito
1.       ¿Cuál es el mayor resultado que te puedes imaginar?
2.       ¿A qué nivel el éxito sería definitivo?
3.       ¿Hasta dónde deseas llegar?
4.       ¿Dónde estarías orgulloso de ti?
5.       ¿Qué es lo que te detiene?
6.       ¿En qué piensas en pequeño?
7.       ¿Qué es lo que te pides? ¿Y qué es lo que no?
8.       ¿En qué no alcanzas tu máximo?
9.       ¿Dónde puedes ampliar tu esfuerzo para conseguir el doble?
10.    ¿En quién te convertirás cuando lo hagas realidad?
Amplía tu juego, sube tus expectativas, señala algo más grande. Por favor, éste es un asunto que no debería guardarse en el museo de los sueños por cumplir. Luego para ser grande el resto de tu vida. Creo, sin miedo a equivocarme, que aún no has soñado tus sueños más grandes. Todas las personas que han usado la palabra “imposible”, tarde o temprano, se ha demostrado que se equivocaron.
Vayamos un paso más allá. ¿Has pensado cuál sería un "resultado de escándalo”? imagínalo tan grande como puedas y haz girar tus días entorno a esa visión. Si puedes imaginar un nivel de logro en el cual ya no hay problema, las siguientes tareas desatarán el genio que hay dentro de ti:
1.       Desempolva una habilidad infrautilizada.
2.       Prueba una estrategia nueva.
2.       Trasciende o rebaza para siempre tu peor dificultad.
Pídete el doble. Eleva tu sueño a su máximo tamaño. Por ejemplo, puedes: "ganar el doble”, "disfrutar el doble”, "disponer del doble de energía”, "conseguir el doble de tiempo libre”... ¿A qué nivel te sentirías orgulloso de ti mismo?
Mi sugerencia: amplía el sueño, conviértelo en una experiencia completa. Sabrás que el tamaño de tu sueño es adecuado si imaginarlo te deja sin respiración.

La impaciencia, un síntoma de desconfianza
Reconozco que hubo un tiempo en el que creía que la impaciencia formaba parte de mi carácter. O de mis genes. O de mi carta astrológica. No fue hasta bien tarde, cuando aprendí que la impaciencia significa ¡una falta severa de confianza! En mis días de adolescente, vivía sumido en la impaciencia por casi todo. Recuerdo que necesitaba ver las cosas cuanto antes, porque si no las veía, no podía creer en ellas. Años más tarde descubrí que la impaciencia es el deseo de llegar al resultado sin querer pasar por el proceso necesario. Así de simple.
Con el tiempo, he aprendido a moderar mi impaciencia; es decir, a disolver mi desconfianza. De hecho, ahora, cuanta más confianza muestro, más rápido sucede todo en mi vida. Me gusta creer que si fuera capaz de generar confianza absoluta, al cien por ciento, mis deseos se cumplirían ¡Al instante! Por el momento, y con el actual grado de comprensión, debo aceptar cierto tiempo entre la formulación de un deseo y su cumplimiento.
He comprobado que el tiempo que las cosas se toman para suceder es siempre el adecuado, al margen de las exigencias de nuestra agenda.
E incluso entendí por qué no suceden ciertas cosas. Con la perspectiva del tiempo, ¡Cuántas veces me he alegrado que algo no ocurriera!
-      ¿Qué es más importante la dirección o la velocidad?
-      La dirección. Pero ¿Cuánto tiempo tardaré en llegar?
-      El necesario. Ni un segundo más, ni un segundo menos, pues fuera de ese preciso instante el logro ¡No es posible! Todo en la vida tiene su momento.
El concepto de "momento perfecto” puede parecer una noción un tanto extraña. Nada de eso, se trata de física de última generación. ¿Que un segundo no tiene importancia? Pues sí que la tiene. En el mundo subatómico de las partículas elementales, la tiene. Una simple diferencia infinitesimal de tiempo en un evento cuántico haría imposible la materia y también las reacciones químicas que dan origen a la vida.
Los científicos lo llaman el “ajuste fino” en la génesis del universo. Si tras el big-bang la velocidad de expansión del universo hubiese sido una mil millonésima mayor o menor de lo que fue, hoy no estaríamos aquí hablando de ello. Gracias al “ajuste fino”, el universo es sólido y no una mezcla de radiación y gas. El mundo material existe porque las partículas elementales siguen el ritmo del momento justo, ni una milmillonésima de segundo antes ni una milmillonésima de segundo después.

El tiempo cuenta.

viernes, 26 de febrero de 2016

Segunda parte de “El método de los deseos cumplidos” (Artículo 5)


Como tomar buenas decisiones
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos tomamos decisiones y hacemos elecciones. La mayoría de las veces de un modo inconsciente o automático. Dado que la mayor parte de esas decisiones son de pequeña envergadura, no les damos importancia.
Pero;
La suma de muchas pequeñas decisiones establece una gran diferencia en el tiempo.
El día de hoy sintetiza hoy todas las pequeñas decisiones que tomaste con anterioridad.
Subir a la cima requiere tomar muchas decisiones con información insuficiente. Pero acuérdate: lo que decidas a partir de ahora debería tener en cuenta esta sencilla pregunta: ¿Esta decisión me aleja o me acerca a mi deseo? Lo que decidas debería orbitar alrededor de tu Misión. Y si una elección no se corresponde con ella, deberías descartarla. En realidad, es tan sencillo como poner al lado de tu misión lo que se te ofrece en cada momento. Y comprobar si encaja o no.
Si tomas una decisión pero dejas que transcurra algún tiempo hasta que pasas a la acción, ocurrirán dos cosas. Una: que te desanimarás; y dos: no harás nada al respecto.
Déjame ayudarte en esto. Voy a revelarte un pequeño truco que me funciona de maravilla: cuando tomes una decisión, sella ese compromiso con una acción inmediata ese mismo día o al siguiente. No importa que se trate de una acción insignificante, lo que importa es saber que tú decisión ya ha empezado a ocurrir y no tiene vuelta atrás. Séllalo.
Palabras clave: acción inmediata.
Si deseas ampliar el tema de cómo tomar decisiones, lee: “Antes de tomar una decisión en su vida, hágase estas preguntas”, de Debbie Ford (Ediciones Urano). La autora propone una batería de diez buenas preguntas para cuando debas tomar una decisión:
1.     ¿Lo elegido te da poder personal o lo niega?
2.     ¿Eres capaz de defender tu elección?
3.     ¿Reafirma tu autoestima?
4.     ¿Te conduce a la paz o al conflicto?
5.     ¿Tu decisión respeta tus valores y los incorpora?
6.     ¿Lo elegido nutre tu energía o la consume?
7.     ¿Decides desde el amor o desde el temor?
8.     ¿Tu resolución refleja crecimiento o estancamiento?
9.     ¿Genera satisfacción a largo plazo o solo gratificación inmediata?
10.  ¿Te conduce a lo deseado o te mantiene en lo de siempre?
Finalmente, dos consideraciones a tener en cuenta: a) si una decisión no te conduce a ninguna parte, cambia tu estrategia, pero no tu determinación de llegar a donde te diriges; b) no debemos aspirar a que todas las opciones se mantengan abiertas porque eso es tanto como no elegir nada.

El universo holográfico y correlacionado
La holografía es una técnica capaz de crear una imagen en tres dimensiones en donde la placa o "patrón de interferencia” contiene toda la imagen completa. Un detalle sorprendente: si se trocea el "patrón de interferencia” y se ilumina una parte con luz láser se reproduce la imagen entera. El holograma contiene, en cada una de sus partes, la totalidad.
La conciencia hace algo similar: elabora el súper holograma de la realidad. Es como si cada uno de nosotros creara la realidad a cada instante y en seguida lo olvidara. El pensamiento, de efectos similares a un haz de luz láser —enfocado, coherente, unificado— crea la realidad.
El comportamiento holográfico de la mente ha conducido a los científicos a opinar que la mente traspasa los límites físicos del cerebro. Cada vez está más extendida la creencia de que la mente no está en el cuerpo, más bien es el cuerpo el que está en la mente.
El comportamiento holográfico del Campo entraña que cualquier información está a la vez en todas las partes al mismo tiempo y, por tanto, es accesible en cualquiera de ellas. Ninguna intención en el pensamiento puede dejar de conmover en lo más profundo la mente del cosmos.
Los físicos cuánticos hablan del universo de correlaciones, donde cada parte del todo está inmersa en un continuo diálogo con el resto. Todo mantiene un dialogo con todo. Una “conversación” que hace que ambas partes existan. Dicho de otro modo, si no interactuáramos con el mundo, éste no existiría; pero, y esto es lo más sorprendente, ¡Nosotros tampoco!
En el mundo cuántico, cada partícula está conectada, a través del Campo, con el resto del cosmos. Dentro del universo cuántico las cosas ocurren en un lugar y en todos a la vez. Cada acontecimiento posee la propiedad de no localidad: lo que sucede en un rincón del universo influye en todo el cosmos.
Pero hay más
La cualidad de no localidad hace posible la influencia de una partícula sobre cualquier otra con la que ha estado en contacto. Por ejemplo, cuando dos personas establecen una fuerte sintonía, en cierto modo, siempre estarán “unidas” y se influirán de algún modo. Es como si dejaran de creer en la separación.
Bajo este nuevo paradigma, no tiene sentido referirse al soñador o a su sueño como cosas diferenciadas. El simple acto de observar el mundo lo modifica por medio de la atención y la intención del observador; sin que pueda hablarse de un ahí fuera al margen del aquí dentro más que como una ilusión de los sentidos. Wallance D. Wattles en su “La ciencia de hacerse rico” (Ediciones Obelisco) escribió hace cien años: “No te olvides ni por un momento que la sustancia pensante actúa a través de todo, en todo, comunicándose con todo, y puede influir en todo. Las personas pueden formar imágenes en su pensamiento y, al formar esta impresión pueden crear lo que desean. Para llevar a cabo este proceso, hay que pasar de una mente competitiva a una mente creativa.”
El orden implicado nos invita a mirar el mundo con ojos nuevos donde todo está comprometido con todo. Cuando lo comprendes ya no puedes volver a creer en un mundo de separación.
¿De verdad crees que hay algo que no puedas conseguir en semejante escenario?

Tres preguntas que pueden cambiar tu vida:
1.     ¿Qué es ahora realmente importante para mí?
2.     ¿Qué haría si tuviera los resultados garantizados?
3.     ¿Cuál es mi mayor talento y como puede ser útil a otros?

Tres tareas para la acción inmediata:
1.     Piensa en tres personas que hayan conseguido lo que tú deseas. Pregúntate: ¿Cómo hacen lo que hacen?, y ¿Cómo puedo mejorarlo y hacerlo a mi modo? Sostén la inspiración de su ejemplo. Busca en tu librería favorita, o en internet, las memorias y autobiografías de las personas que creyeron en su visión y en su misión. (Siempre me han gustado los testimonios de primera mano.) Empápate de la convicción a toda prueba que les condujo a su meta. Lee sobre su vida, o mejor trata de comunicarte con esa persona para preguntarle cómo empezó y qué le ayudó. Mantén la motivación de su ejemplo como tu Estrella Polar y a la vez no olvides ser genuino.
2.     Si debes tomar una decisión y dudas entre dos o más elecciones, visualízate tomando cada una de ellas y atiende a cómo te sientes con cada alternativa. “Pruébate” el futuro y comprueba cómo te sienta. Escucha que dice tu corazón al respecto. Sigue su dirección y no te arrepentirás.
3.     Crea la visión de tu sueño tan detalladamente como te sea posible. Escribe el diario de una jornada ideal con todo detalle. Recrea esa visión a menudo en tu imaginación. Entra en tu visión a diario. Proyéctala en tu imaginación con el máximo de detalles, Dibújate a ti mismo haciendo lo que amas. Trata de percibir por anticipado cómo te sentirás cuando sea una realidad. Es el sentimiento lo que atraerá hasta experiencia. Concéntrate en la emoción que deseas sentir, no en lo que deseas conseguir. Actúa “como sí...“. Actualiza, al momento presente la emoción de conseguirlo y vívelo como si fuera una realidad (el presente crea el futuro pero el futuro también puede crear el presente). Después redacta por escrito la misión de tu vida. Es tu “Construcción personal”. Ten presente tus valores al redactarla y una vez que la tengas, haz que tu vida gire en torno a ella.

Una idea para resumir:
Tus valores definen lo que es importante para ti en la vida y por esa razón son el viento que hincha tus velas. Si lo tienes en cuenta y te encaminas en esa dirección, solo es cuestión de tiempo que llegues a donde te diriges.

HASTA EL LUNES PRÓXIMO. INICIAREMOS LA TERCERA PARTE DE SEIS DE “EL MÉTODO DE LOS DESEOS CUMPLIDOS”.

Fraternalmente: Manuel Morín 

jueves, 25 de febrero de 2016

Segunda parte de “El método de los deseos cumplidos” (Artículo 4)


Cuatro preceptos a tener en cuenta
El Dalai Lama dijo en cierta ocasión que nuestra meta final es ser felices. Y yo le creo. ¡Aleluya! ¿Verdad que es una meta magnifica?
En el libro, “Se tu propio Coach”, cuya temática está relacionada con la presente obra, consiste en atreverse a “vivir por un sueño”.
El protagonista concluye lo siguiente:
1.  Todo corazón alberga un profundo deseo y, al mismo tiempo, posee la llave que lo abre a la realidad. Las preguntas implican respuestas; y para conocerlas, requiere un nuevo nivel de conciencia. Entregar tiempo y energía a lo que ama el corazón conduce a ocupar el justo lugar en la creación y conocer el sentido de la vida.
2.     Cuando se combina el talento con una determinación a toda prueba, el logro está garantizado sin importar cuanto pueda tardar. La persistencia es confianza en acción abriéndose paso a través de las dificultades; o mejor aún, al margen de ellas. La paciencia es la cualidad de quien confía sin importarle el cuándo.
3.     La vida entera aguarda la intención del soñador. Una vez este la manifiesta, apoya a los valientes de espíritu organizando oportunidades. En el universo, las fuerzas que hacen que un deseo se convierta en una realidad son: a) la intención comprometida, b) la atención enfocada y c) la acción creativa.
4.     Los medios y las oportunidades se revelarán en su justo momento sin que pueda llamarse suerte o azar. El momento oportuno es aquel en que las oportunidades no van a malograrse ni desaprovecharse. Lo que ocurre en los planos sutiles —no visibles a los ojos— determina lo que ocurre en el plano material. Lo invisible sostiene lo visible.

Pasión y Servicio.
¿Qué ha hecho de Starbucks, con una proyección de cuarenta mil locales, la mayor cadena de cafeterías del mundo? Lee el libro de su creador Howard Schultz. Pon tu corazón en ello (VS ediciones), y descubrirás como empezó. Es una de las historias de éxito más impresionantes de las últimas décadas. El ejemplo de que una empresa se puede dirigir con corazón tener alma y dar beneficios. Quizá porque comparto esa misma filosofía, he escrito parte de este material en la cafetería de mi San Miguel de Allende, Gto.
Pasión y compromiso en el servicio. Es la era de los negocios “corazón-a-corazón”. O te apuntas a la pasión ahora o no lo haces.
Pon tu foco de atención en lo que amas, dale prioridad al servicio y tendrás el éxito garantizado. No he olvidado el consejo que recibí: “Concéntrate en que ofreces más que en lo que obtienes. Si añades utilidad a las vidas de otras personas, el éxito del proyecto está garantizado. A las personas les gustan la pasión y el servicio”.
Sigue los pasos de tu corazón. Le puedes decir a tu mente qué debe pensar, pero no le puedes decir a tu corazón lo que debe amar. Ve adonde te lleve el corazón, exprésate con sus palabras, actúa desde su sabiduría. Es el centro de tu universo. “¿Tiene este camino un corazón? Si lo tiene, el camino es bueno; si no lo tiene, no sirve”. No lo escribí yo, lo hizo Carlos Castaneda.
Abraza tu propósito con compromiso y devoción, ¿Qué más interesante podrías hacer con tu vida? Si lo haces, conseguirás mucho más de lo que soñaste. En palabras del escalador W.N. Murray: “En el momento en que uno se compromete, la providencia también hace un movimiento”. Él subió a su cima. Y lo que transmiten sus palabras es algo tan antiguo como cierto: “tu compromiso reestructura todo el universo”.
Cuando pones pasión en tu tarea, esta se convierte en un negocio rentable. La pasión por el servicio da beneficios. Pero si solo piensas en ganar dinero, te aseguro que se convertirá en algo realmente complicado. No espero que estés de acuerdo con esto al 100% pero considéralo al menos. El dinero es el efecto, recuérdalo, y enfocarte en el obstaculiza las causas.
Añade pasión y servicio a tu misión, formúlate algunas preguntas del estilo: ¿Qué me pide la vida? Y no a la inversa: ¿Qué le pido a la vida?
La idea básica es: el universo no nos debe nada. Ya hizo cuanto estaba en sus manos: darnos la vida. John F. Kennedy hizo famosa esta frase: “No te preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregúntate que puedes hacer tú, por tu país”, y puso a una nación entera en pie.
Ahora es nuestro (tu) turno.

El poder de la palabra escrita
La mejor sugerencia que puedo hacerte, y no por ser escritor, es esta:
Pon por escrito todo lo importante de tu vida.
Hoy sabemos que la palabra no se limita a describir la realidad, literalmente contribuye a crearla. ¿Cómo? Vivimos en un mundo de vibración donde las frecuencias iguales se atraen. La palabra contiene la vibración de lo nombrado. Sencillo, ¿Verdad? La escritura hace que lo escrito penetre en la conciencia, la empape y atraiga su complementario material. La palabra escrita es un decreto que cristaliza el pensamiento, lo hace tangible, especifico y lo “solidifica”.
Decreta tu mayor bien por escrito y bendecirá tu vida.
El mejor regalo que puedes hacerte a ti mismo es un pequeño bloc de notas y usarlo para “pensar por escrito”. Escribir, es una metáfora, otorga a lo escrito el aliento de la vida.
Pásalo de la cabeza al papel antes de que quede en el olvido. ¿No pones por escrito los contratos que firmas? Una compra, un alquiler, un trabajo, el matrimonio y hasta la partida de nacimiento se ponen por escrito. Y ¿Qué hay de tus sueños? ¿Hay algo más importante que eso? ¿Por qué no los pones por escrito entonces?
Te sorprendería descubrir cuantas cosas puedes crear poniéndolas por escrito. Las cosas se crean tres veces:
1.     En la mente
2.     En el papel.
3.     En la realidad
Hazlo posible en el papel; una vez es una posibilidad, solo queda hacerlo real. Suena sencillo, verdad?... aunque no fácil. No importa, hazlo de todos modos.
Ø  Aunque suponga un gran trabajo.
Ø  Aunque nadie te entienda.
Ø  Aunque tarde tiempo.
Ø  Aunque sea arriesgado.
Ø  Aunque se te acabe la paciencia.
Ø  Aunque sea una locura.
Ø  …Precisamente por eso vale la pena.
Una vez lo has creado en tu mente, solo necesitas los medios para crearlo en la realidad. Pero puedo asegurarte que esto último es la mitad, o incluso menos, del total. Cuestión de detalles...

NOS LEEREMOS MAÑANA VIERNES.

Fraternalmente: Manuel Morín 

miércoles, 24 de febrero de 2016

Segunda parte de “El método de los deseos cumplidos” (Artículo 3)


La Visión crea la Misión
Si aún no sabes en que consiste tu propósito más elevado (misión), tu corazón no tardara en descubrirlo, porque el simple hecho de sostener este libro ya refleja tu intención de entregarte a ella. Los que leen este libro son líderes de su vida, de otro modo no lo habrían adquirido ni se sentirían atraídos por su contenido.
Ahora, imagina una vida “ideal” para, digamos, los próximos cinco años. Diseña en tu mente todos los detalles. ¿Qué aspecto tiene? ¿Cómo sería? imagina un día tal que cuando llegue, puedas mirar hacia atrás y no reconozcas la persona que fuiste cinco años antes.
Acabas de crear tu visión, y tu misión consistirá en hacerla realidad.
       Tu Visión es la imagen mental de tu misión. Los ojos ven, la mente visualiza. El poder está en la mente, no en los ojos. Sostener la visión de lo que deseas es un acto creativo. Aprovecha el poder de la visualización, porque es una de las herramientas más poderosas con las que cuentas. Tu visión canaliza y dirige un poder más grande que el tuyo.
       Tu Misión es el desafío de descubrir quién eres en realidad; o mejor dicho, la persona que puedes llegar a ser. Refleja tus más altos valores, y honrarla te conduce al pleno significado. Exprésala por escrito para darle su primer aliento de vida. Tu misión constituye tu más elevado propósito para tu bien y el de todos los demás.
Sostener en todo momento la visión de tu misión te motivara y te inspirara ante las dificultades. Todos deberíamos nutrir la visión de la vida que deseamos.
Las personas líderes de sí mismas sostienen la visión de su misión.
Piensa, vive y actúa como la persona que ya ha logrado su sueño y activarás la emoción asociada. Esa emoción actuará como el punto de atracción de tu sueño y lo creará en la realidad. Lanza un “rumor” sobre tu futuro, extiéndelo, y aguarda a que te llegue de nuevo convertido en tu oportunidad. Es decir, “actúa como sí…” compórtate como si lo que deseas ya hubiera sucedido.
Algunas personas olvidan su sueño. Pronto pierden de vista su misión. Subieron a un bote con el fin de alcanzar la otra orilla. Pero en medio de las vicisitudes del trayecto creyeron imposible su anhelo de alcanzar la otra orilla. Ahora las velas permanecen plegadas. Y mantenerse a flote es el único objetivo. En eso se va toda la energía. Y mientras, nunca llegan a ninguna parte... Esta es una historia tan triste como frecuente.
Espero que no sea tu caso.
Todos deberíamos entregarnos a una misión para satisfacción propia y el mayor beneficio de todos. Y nadie debería vivir una vida con la que no conecta. ¿Te imaginas un mundo en donde todos amaran aquello a lo que dedican su vida? ¡Qué sencillo sería vivir en medio de tanta satisfacción!


Declara tu propósito más elevado. Tu misión en la vida. Tu llamado.
       La primera razón por la que una persona no consigue sus anhelos se debe a no haberlos definido como misión.
       La segunda razón es no haber tomado compromiso alguno.
       La tercera, creer que basta con solo desearlo.
Imagina que estas participando en mi seminario básico de PNL “Creando el Futuro”…y que en ese entorno de estímulo mutuo te pido que escribas tu propósito más elevado en el reverso de tu tarjeta de presentación. El poco espacio te obligará a concretar. Imagina cómo te sientes una vez lo has declarado por escrito. Ahora, ¿Te gustaría compartirlo con otros? En un lado de la tarjeta tu nombre y en el otro tu misión. Genial.
Supón que pasa el tiempo y lo escrito es una realidad. ¿Cómo te sentirías? En resumen: escribe todo lo importante para ti. La escritura es muy poderosa. Hoy sabemos que el lenguaje, más allá de describir la realidad, literalmente la crea. La clave está en "pensar por escrito” (delante del papel).
Escribe tus valores. No me cansaré de insistir en que los valores personales constituyen la prioridad de las prioridades. Sobre ellos se apoyan la misión y la visión de una vida realizada.
Ya tienes una misión.
Puedes retocarla, pero en lo esencial permanecerá inalterable. Más tarde podrás ampliarla, redefinirla, modificarla, pero en lo fundamental no cambiará. Está abierta a enmiendas, como la constitución de un país, sin embargo su espíritu se mantiene inalterable. ¿Deseas convertirla en el eje de tu vida?
Un ejemplo de misión (la mía). ¿Verdad que querías un ejemplo real de misión?
"Aprender constantemente las mejores técnicas de desarrollo personal, Coaching y PNL. A través de: introspección, entrenamiento, cursos, libros, conferencias, audios, videos, experiencia directa, etc... Y compartir con sencillez lo aprendido para impactar positivamente en la vida de cuantas más personas mejor y así ayudarlas a expandir su conciencia, aumentar su potencial, alcanzar el bienestar y sus sueños.
De lo que se deduce:
       No escribo libros ni imparto cursos, “desarrollo universos que conducen a las personas alcanzar el bienestar y el éxito”.
       No imparto seminarios de motivación, "comparto experiencias vivenciales que el alma no olvida”.
       No ofrezco consultoría terapéutica o Coaching, “libero talentos adormecidos para producir sueños”
       Y lo principal, mi misión sostiene una visión: un mundo mejor.

El escultor Henry Moore dijo algo que me hizo pensar: "El secreto de la vida está en tener una tarea, algo en que poner el alma. Y lo más importante es que debe ser algo que sea imposible de hacer”. Esta pregunta es para ti:
¿Qué te parece hoy imposible que si pasara de pronto a ser posible cambiaría por completo tu vida?
¿Sabías que las personas estamos programadas para cierto nivel de éxito? incluso tenemos programaciones sobre la cifra de dinero que podemos manejar o ganar. Suena increíble pero es verdad. Por encima de cierta cantidad cuesta imaginar algo más grande.
En mi seminario intensivo “Las Creencias: el poder de crear o destruir”, revisamos los apatrones mentales” sobre todos los limites. Y pido a los asistentes que suban sus expectativas: ¡Que disparen a las estrellas! El entusiasmo se apodera del salón cuando los participantes comprenden que un patrón mental siempre se puede cambiar.
Repasemos ahora tu misión para comprobar su solidez. Te ofrezco doce pautas (y media) para su enunciación:
1.     Incluye verbos de acción.
2.     Formúlala en término positivos.
3.     Conságrala al servicio de los demás.
4.     Enfócate en lo deseado. No en evitar lo no deseado.
5.     Ahorra palabras innecesarias o redundantes.
6.     Construye frases cortas y evita palabras ambiguas.
7.     Incluye fechas y plazos de cumplimiento.
8.     Al explicarla, que se entienda.
9.     Sé concreto y específico se resume en pocas frases.
10.  Que esté al servicio de tus valores más importantes.
11.  Que sea ecológica con el resto de tus valores.
12.  Es manejable por ti, es posible y es ambiciosa.
½    Te divierte, te apasiona.
Durante esta jornada únicamente debes ocuparte de qué deseas y no de cómo lo conseguirás, a eso ya llegaremos.
Escribir tu propósito es solo el primer paso. Lee lo escrito. Escucha como suena en tu propia voz y advierte cómo te sientes cuando lo declaras.
Una vez has establecido tu propósito más alto, lo que equivale a establecer un compromiso contigo, todas las decisiones y acciones que tomes deben encajar. Vivir de acuerdo con tu misión ayudará a elegir entre lo que se te ofrece a cada momento. Elegir es sencillo cuando utilizas la pregunta:
¿Mi elección me acerca o me aleja de mi propósito de vida?

 NOS LEEREMOS MAÑANA JUEVES.

Fraternalmente Manuel Morín