martes, 30 de septiembre de 2014

¡Sí puedes lograrlo!



Lo primero que vamos a hacer es que escribas tu objetivo en forma breve, acuérdate que debe estar enunciado en forma positiva, recuerda que debes de pensar en lo que si quieres, y a la vez también checa si está bajo tu control o si dependes de otras personas o circunstancias para lograrlo, tal vez habías pensado,  quiero comprar un coche, bueno, ese puede ser un buen objetivo, pero…

¿Qué tipo de coche es el que quieres comprar?
…Ahora ¿Cómo le vas a hacer para comprarlo?
O ¿Cómo vas a hacer para pagarlo?,
Y también es muy importante el cuándo…
¿Cuándo quieres hacerlo?
¿En dónde harás la compra?
¿Quién o quiénes intervendrán en este evento de compra venta?
¿Cuál es el color?  ¿Cuál es la marca?
O… ¿Cuáles son las cualidades de ese coche que  quieres?

Y muy importantes también…
 ¿Para qué lo quieres? 
Ahora checa:
¿Cómo te verás cuando logres?  
¿Qué te vas a decir cuando lo logres?
¿Cómo te vas a sentir cuando lo logres?

…Piensa como si ya lo hubieras logrado, como sí pudieras estar adentro oliendo a nuevo el coche, como si pudieras sentir la pintura de la lámina,  la pintura nueva y refresca,  como si pudieras también oírlo, ese motor  silencioso, que huele a nuevo, que se oye a nuevo, que se ve nuevo, y vívelo tan intenso como puedas, es importante que creas que es posible para ti.

Yo te estoy poniendo el ejemplo del coche pero, tu puede trabajar en tu imaginación con eso que quieres lograr… deja que tu imaginación vuele, déjala  soñar, no hay límites,  el único puede ser el cielo, acuérdate que gracias a los  soñadores hemos tenido los grandes inventos de la humanidad.

Esta es una parte muy importante, es por eso que debes repetir tan intensamente como puedas, “sí puedo lograrlo porque yo lo merezco”, y repítelo muchas veces hasta que estés convencido de que es  posible para ti.

“Sí puedo lograrlo porque yo lo merezco”…aquí empieza la magia de tus pensamientos. ¡Nuestra mente tiene la capacidad de atraer lo que pensamos!

Es increíble cómo hay personas que logran objetivos y luego no saben para que los quieren, mucho menos qué hacer con ellos, entonces… ve checando.

¿Cuáles serán las pistas  de que vas por buen camino para lograr tu meta?
¿Cuáles serán las evidencias de que te estás alejando de ese objetivo, de ese sueño?

Ahora nota también con qué recursos cuentas.
 ¿Cuáles son los recursos internos, tal vez todas esas habilidades de que dispones, esas grandes capacidades, tu fortaleza, tu poder de decisión, tu voluntad?
¿Cuáles son esos recursos internos con que cuentas?…anota, fluye, date permiso, quizás suene a locura, pero acuérdate que este es un ejercicio…
¡Atrévete!
¿Cuáles son tus recursos externos?
... es decir, ¿Con qué cosas materiales o personas cuentas para lograrlo?
Pueden ser las  personas, el automóvil, el dinero, todas esas cosas materiales  de las que puedes disponer para lograr tu objetivo, ese sueño…y no te canses de escribir, si crees importante pon pausa en cada paso que te estoy dando.

…Ahora, checa si tu objetivo tiene el tamaño adecuado o tienes que dividirlo, recuerda que si el objetivo es muy grande habrá que diseñar objetivos más pequeños, si es importante o necesario pon pausa para que reflexiones y cuando estés listo,  seguimos.
Checa si es ecológico tu objetivo, si no afectas a nadie y si no perjudicas… ¡Adelante!
Si por alguna razón sientes que perjudicas de alguna manera a alguien en particular ¡Detente!, no lo hagas porque acuérdate que la vida es como un boomerang, lo que le avientas te regresa, mejor elabora un plan de contingencia por si tu objetivo no se va dando, o si no resulta como esperabas, entonces habrá que hacer modificaciones y cambiar… piensa:

¿De qué otras formas puedo lograrlo?
¿De qué otras maneras puedo llegar a él?
Recuerda que si tu objetivo está bien planteado, no lo dudes que será alcanzable, si es motivador será alcanzable y con gran posibilidad de lograr todo lo que quieres y no sólo lograrlo, ir más allá todavía de tus expectativas.
Todo esto te va a impulsar a lograrlo, eres capaz de cualquier cosa cuando lo  crees, todo puede ocurrir cuando actúas congruentemente  hacia tus metas,  sólo te pido que pongas en práctica este sistema, mínimamente unos 90 días.
 ¡Pruébalo! ¡No pierdes nada y puedes ganar mucho!
Ten la humildad de seguirlo. Es posible que funcione mejor para ti, que como me ha funcionado a mí, te lo deseo en verdad con todo el corazón.
 También es importante tomar en cuenta el límite del tiempo que te propones para lograr tus objetivos, te recomiendo que cuando los diseñes, pongas especial atención en el tiempo porque si es muy largo, puedes desanimarte, o también si es muy corto y no lo alcanzas, puede ser muy frustrante para ti,  a tal grado que te inmovilice para otras ocasiones futuras que quieras lograr algo…  entonces habremos de darle con  mucha flexibilidad el tiempo razonable.
Checa si es ecológico tu objetivo, si no afectas a nadie y si no perjudicas… ¡Adelante!
Si por alguna razón sientes que perjudicas de alguna manera a alguien en particular ¡Detente!, no lo hagas porque acuérdate que la vida es como un boomerang, lo que le avientas te regresa, mejor elabora un plan de contingencia por si tu objetivo no se va dando, o si no resulta como esperabas, entonces habrá que hacer modificaciones y cambiar…y piensa
¿De qué otras formas puedo lograrlo?
¿De qué otras maneras puedo llegar a él?
Recuerda que si tu objetivo está bien planteado, no lo dudes que será alcanzable, si es motivador será alcanzable y con gran posibilidad de lograr todo lo que quieres y no sólo lograrlo, ir más allá todavía de tus expectativas.
Todo esto te va a impulsar a lograrlo, eres capaz de cualquier cosa cuando crees en ella, todo puede ocurrir cuando actúas congruentemente  hacia tus metas,  sólo te pido que pongas en práctica este sistema, mínimamente unos 90 días.
¡Pruébalo! ¡No pierdes nada y puedes ganar mucho!
Ten la humildad de seguirlo. Es posible que funcione mejor para ti, que como me ha funcionado a mí, te lo deseo en verdad con todo el corazón.

También es importante tomar en cuenta el límite del tiempo que te propones para lograr tus objetivos, te recomiendo que cuando los diseñes, pongas especial atención en el tiempo porque si es muy largo, puedes desanimarte, o también si es muy corto y no lo alcanzas, puede ser muy frustrante para ti,  a tal grado que te inmovilice para otras ocasiones futuras que quieras lograr algo…  entonces habremos de darle con  mucha flexibilidad el tiempo razonable.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Diseño de objetivos



Ok, ¿Qué ha pasado?
¿Qué acabas de descubrir?,
¡Exacto!       
¡Acabas de comprobar lo maravilloso que eres!
¿Quién pone las barreras de tu vida?
¡Por supuesto,  que tú mismo!
 ¡Claro que sí!

Entonces… no tenemos por qué culpar de nuestros resultados a Juan, a Paco, a Luis, a Pedro, a Lupe, al maestro, a tus padres… ¡A nadie!
¡Los únicos responsables de nuestros resultados, somos nosotros mismos!

Entonces no le aticemos más a la conformidad y a la mediocridad, seamos genuinamente nosotros y vivamos intensamente una vida de poder personal, has que te sientas orgulloso de ti mismo.
Déjame compartirte que después de que  me puse a pensar en todos aquellos intentos de cambio, que había hecho y de todas formas no lo lograba, es que en verdad ¡No sabía cómo hacerlo! Yo tenía toda la fuerza de voluntad necesaria, pero volvía a caer en  lo mismo, en ocasiones inclusive me desesperaba y buscaba consejos, desgraciadamente no con las personas adecuadas y lo único que conseguía era que me confundieran más.
Por ejemplo, buscaba ayuda entre las personas que tenían los mismos problemas que yo, sin darme cuenta que por eso vivían igual o peor que yo mismo, porque…  ¡Tampoco sabían cómo  solucionarlo!
¡Nadie da lo que no tiene!

Hoy,  veo a muchas de esas personas en un terrible fracaso, pobres y enfermas, algunas… ya murieron.
Yo estoy muy agradecido con ellas, porque quisieron ayudarme sin tener la capacidad o las estrategias para hacerlo. Solo contaban con su buena voluntad.
No sé si te ha pasado alguna vez que, te hayas encontrado con una de esas personas que tienen una vida destrozada y miserable, sin sentido, sin saber siquiera quiénes son, ni a dónde van, mucho menos qué quieren lograr para ellos mismos… ah… pero eso sí… quieren arreglar otras vidas, cuando no son capaces de arreglar la propia.
Bueno, pues precisamente era a ese tipo de personas a  quienes yo acudía a pedirles consejo para una vida mejor;  aunque yo no se los pidiera, ellos me los daban echándome a perder todavía más mi calidad de vida porque yo les creía.
Yo quería cambiar malos hábitos que me estaban destruyendo físicamente como el alcohol, esa manera tan pobre y agresiva para comunicarme con mi familia, las carencias económicas con las que vivíamos, mi forma soberbia y altanera con que trataba a los demás, pensando que “yo todo los sabía”… el miedo paralizante de no saber qué hacer con mi vida… y un sin número de actitudes que sólo hacían más profundo aquel sufrimiento callado que no era capaz de aceptar por el miedo al ridículo y  al qué dirán.
Así pasaron muchos años, hasta que un día conocí una linda señora llamada Paulina en la ciudad de Querétaro, con la cual tenía relaciones de trabajo y un día en confianza platicando, hablamos de mi vida, a lo que  me contestó:
“Que pena que tenga que vivir de este modo. Vamos a un seminario, yo lo invito, mire, tal vez esto le puede ayudar”.
¡Acepté, que caray!

Lo que yo buscaba en aquel momento eran soluciones.
Ese día mi vida tomó un giro para siempre, recuerdo que el conferencista insistía mucho a los asistentes, “si quieres triunfar en la vida, tienes que prepararte para el éxito, tienes que aprender de los triunfadores, prepárate recuerda… lo decía una y otra vez, libros, seminarios y casetes de motivación, libros, seminarios y casetes de motivación, libros, seminarios y casetes de motivación y eso fue como un mantra para mí,  como una receta inicial, libros seminarios y casetes de motivación.
Al salir de aquel seminario, le agradecí profundamente  a la señora Paulina por su generosa invitación diciéndole:
“Señora Paulina: acabo de hacer un compromiso con mi vida, ahora sí sé qué hacer y de ahora en adelante, no habrá nada, que me detenga”.
A partir de entonces, asistí a incontables cursos, seminarios, conferencias, leí muchos libros, escuché también a la vez muchísimas cintas de motivación, sobre todo fije mi atención en mi crecimiento personal.
El día de hoy, puedo darme cuenta de lo equivocado que estaba, pensaba que “ya  lo sabía todo”, presumía de mis títulos profesionales.
Así hay mucha gente, tienen fama,  títulos profesionales, maestrías, doctorados, mucho dinero, grandes mansiones, autos de lujo, pero no son felices, están solos, arrastran un gran vacío existencial y una enorme miseria espiritual como yo en aquel tiempo.
El primer paso que di, fue aceptar que yo estaba equivocado, que no lo sabía todo, que el conocimiento es infinito y que siempre hay cosas nuevas y valiosas que aprender para vivir mejor, sin embargo, no bastaba reconocer que estaba equivocado, me sentía muy disperso, porque no sabía a dónde dirigía mi vida.
Una ocasión, recuerdo muy claro que no pude dormir, ya casi amaneciendo entre amodorrado y dormido, recordé que para ir algún lado lo primero que debo saber es, a dónde quiero ir y después emprender la acción.
Ahora, yo te pregunto a ti:
 ¿Tú sí sabes lo que quieres lograr?
¿Sí sabes a dónde quieres ir?
¿Sabes exactamente a dónde quieres conducir tu vida?

Es probable que no lo sepas, pero yo quiero compartir contigo, estos conceptos de Neuro-comunicación que utilizan los exitosos para diseñar objetivos alcanzables, sustentables, medibles,   no son sólo “sueños guajiros”, son  de confiar en que se puede lograr, si pones las acciones, no solamente son buenos deseos.
Muchas personas me han dicho:
Yo ya tengo plan para mi vida… y
¿Y cómo van tus resultados?
¿Qué tanto lo has puesto en acción?
mmm… no pues todavía no…

 Y así pasan los años, un día los alcanza el destino y se mueren y nunca pusieron las acciones…  el resultado… nunca lograron lo que querían para su vida.
Entonces… que no nos pase esto, nosotros somos  inteligentes y bien podemos llegar a nuestras metas, no permitiendo que nos pase aquello que les ha sucedido a esos seres, que solamente han vivido de buenas intenciones

¡Pongamos las acciones ahora mismo!

¡Diseñemos objetivos confiables, medibles, mesurables, alcanzables, que puedan ser el detonador, de tu nueva vida!
1.       Lo primero, es saber ¿Qué es específicamente? Lo que sí quieres,  no lo que no quieres por ejemplo, hay quienes dicen: “ya no quiero estar gordo”, en lugar de decir: “quiero ser delgado o ser más sano”, en otras palabras debe estar enunciado de manera positiva, es muy importante que tu cerebro reciba órdenes claras y precisas, porque se acerca más fácilmente a lo que sí quieres, que a lo que no quieres.
2.       Segundo,  debes tomar parte activa del proceso, la meta debe estar razonablemente bajo tu control. Si tu objetivo depende de las tareas que otros realizan, como tus padres, maestros,  la crisis, la enfermedad, etc., no es una meta bien estructurada.
3.       Tercero, debes diseñarlo tan específico como te sea posible. ¿Qué es lo que verás, sentirás o escucharás cuando lo logres? imagínatelo en su totalidad y descríbelo o escríbelo en términos de ¿Qué es lo que quieres? ¿Cómo piensa lograrlo? ¿Cuándo vas a iniciar? ¿En dónde  o por dónde comenzarás?  ¿Quiénes participarán? ¿Cuál es la razón que te mueve y para qué lo quieres conseguir? Cuanto más completa tengas la idea de lo que deseas, a tu cerebro le será mucho más sencillo poder ensayarla y advertir las oportunidades y estrategias para lograrlo.
4.       Otro punto importante  es que debes tener una evidencia, es decir, debes ir checando que vas por buen camino para lograrlo o también darte cuenta si te estás apartando del buen camino, entonces… ¿Cómo sabrás que vas por buen camino para conseguir ese objetivo? pues solamente siguiendo tus pistas, solamente viviendo atento con los ojos abiertos, muy abiertos, las antenas bien puestas, los oídos igual, para darte cuenta si vas por buen camino y si no, entonces habrá que cambiar la estrategia.
5.       Es muy importante también hacer un inventario de los recursos con que cuentas para conseguir ese objetivo, tomando en consideración tus recursos internos, que son todo lo que de ti depende como, la intensión, la capacidad, el empuje, el deseo sincero de hacerlo y  la decisión. También hay otros recursos que son  los externos, como puede ser el apoyo de los demás, por ejemplo tus padres, tu pareja, tu familia, la gente con que cuentas, tu casa, el coche, el dinero, todo lo que sea material y personas, allí están precisamente tus recursos externos.
6.       Muy importante también es que cheques el tamaño, porque si es muy grande entonces necesitas  dividirlo en pequeños objetivos, que sean más fácilmente alcanzables, por ejemplo, si te quieres comer una vaca… ¿Qué tendrías que hacer? ¿Te la comerías entera o en pedacitos?, bueno esa es decisión tuya, pero normalmente se dice que un problema, es un objetivo mal planteado, recuerda que aún el más largo de los viajes se inicia con el primer paso y sobre todo llevando una dirección correcta; acuérdate, debemos de saber exactamente a dónde queremos llegar.
7.       El marco final que rodea la elección y consecución de los objetivos, es checar la ecología. ¿Qué quiere decir esto? … que tienes que vivir atento,  que lo que quieres lograr no dañe a nadie o a ninguna de las partes, nadie existe aisladamente, todos formamos parte de un sistema mayor, la familia, el trabajo, las amistades y la sociedad en general.

Entonces,  siempre que estemos frente una elección de objetivos debemos tomar en cuenta que va a ser la mejor opción, que no vamos a causar daño alguno a ninguna de las partes; fíjate que en ocasiones el trabajar un poco más,  genera mayores ingresos por una parte, pero es también descuidar a la familia por otra, entonces… ¿Cuál es el objetivo? este tipo de cuestiones te deben llevar a revisar tu meta o cambiarla por otra que te pueda brindar más o menos el mismo resultado sin afectar a los demás,
La historia más clara que tenemos es la de El Rey Midas, que pidió que todo lo que tocará se convirtiera en oro, pronto se dio cuenta que era un enorme riesgo, aun cuando tuviera una cuenta que era un enorme riesgo, aun cuando tuviera una enorme fortuna.
Vamos a hacer un ejercicio:

Prepara papel, lápiz y dispón de unos minutos para disfrutar de este momento, relájate y dedícale estos momentos a la persona más importante de tu vida que eres tú mismo, haz los acomodos que tu cuerpo necesita, los ajustes para sentirte cómodo y piensa sólo en lo que quieres lograr, también a la vez te pediría que lo hagas mientras puedas con tus ojos cerrados y los abras solamente para anotar las respuestas.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Buscando tesoros ajenos



Tal vez estés pensando como Gloria, la chica que fue nana de mis dos últimos hijos, ella soñaba igual que muchas chicas, amantes de la flojera y de la comodidad. Recuerdo una tarde de Domingo, le pregunté cuáles eran sus aspiraciones en ese momento de su vida, a lo que me contestó con toda naturalidad, pues “casarme con un viejito que sea rico, que se muera pronto para quedarme con todo y así después buscar otro marido de mi edad”
 ¡Y lo logró!
Se casó con un  “gringo viejito” ex militar pensionado de la guerra de Corea.  Se fue a vivir con él, pero muy poco le duró el gusto, porque pronto se dio cuenta de su error, “el viejito” murió de cáncer pulmonar y ella tuvo que regresar a su casa, peor que como salió, porque la casa donde  vivían era rentada y lo único que tenía “el viejito rico”,  que era su pensión, se la entregaron a un hijo menor de él que seguía viviendo en la Unión Americana y los sueños de riqueza,  por supuesto… ¡Se esfumaron! Sólo trabajó como criada y enfermera improvisada las 24 horas del día… y sin sueldo por más de cinco años.
Ya pasado algún tiempo, unos meses después del suceso,  nos encontramos y nos saludamos alegremente pero, al mismo tiempo aprovechó para decirme que yo le había “echado la sal”  porque  le advertí que estaba tomando una mala decisión.
Pues así como Gloria, hay muchos seres humanos que no son capaces de aceptar sus errores, buscan culpables a como dé lugar, buscan ansiosamente a quién echarle la culpa de sus problemas, de sus malas decisiones o más bien,  poner fuera de ellos la responsabilidad, por eso viven una vida mediocre y llena de miedos…  son como pozos vacíos  llenos de alimañas, viviendo en medio de la frustración, la soledad y el rechazo hacia sí mismos y hacía los demás.
A ti que me estás leyendo, que no te pase lo que a Gloria, confía en ti y en todos esos recursos que Dios te dio, como es tu inteligencia y… ese cuerpo que tienes, que es una bellísima obra de ingeniería humana que solamente Dios mismo pudo haber puesto en ti, ¡Confía en ti ante todo!  Porque… tú eres principio y fin de ti mismo.

Lo anterior, me hace recordar un pasaje de mi infancia, cuando jugaba con mis hermanos en el terreno de Don Bernardo, parecía un lugar mágico, de fantasía, sólo estaba bardeado por ramas secas y piedras escasas, mal acomodadas por cierto, era muy grande y en medio estaba una choza de adobe; cerca de ella, un árbol frondoso que casi la cubría toda, parecía una casita de cuento, en su interior todo era abandono y sólo quedaba un rústico fogón donde él hacia su comida; era un lugar muy solo y silencioso, y por eso teníamos prohibido por mi papá ir a jugar ahí, pero para nosotros era aventura, porque decían los vecinos que en ese lugar, ahí donde estaba precisamente el árbol, había un tesoro escondido, que era el patrimonio de aquel anciano solitario, que en otros tiempos fuera un comerciante muy rico.
Recuerdo que nos escapábamos a escondidillas de mi papá, cuando él se iba a trabajar,   íbamos a jugar ahí, después claro, de terminar las tareas escolares.
Nuestro objetivo era encontrar el tesoro, cavamos como desesperados y nada, así pasaron días y nada, hasta que un día mi hermano Pedro topó con algo, era una losa negra,  y… ¡Oh sorpresa! Cuando acordamos mi papá estaba cerca de nosotros,  no lo vimos venir… grande fue la lección que recibimos, que no nos quedaron ganas de volver a buscar el tesoro.
Pasaron los años… hoy ya de adulto cada que paso por ahí, recuerdo con nostalgia ese lugar, donde disfrutaba y compartía con mis hermanos menores aquellas fantasías de mi niñez.

Así somos la mayoría de los seres humanos, vamos por la vida buscando tesoros ajenos, viviendo distraídos y sin darnos cuenta del maravilloso tesoro que somos nosotros mismos.

Sin embargo, no somos culpables por no sentirnos valiosos, más bien somos el resumen de todas aquellas circunstancias que nos han devaluado y que nos han hecho enfocar más en nuestras limitaciones y debilidades que,  en toda esa gama de recursos y habilidades que poseemos por naturaleza.

Hagamos un ejercicio ahora mismo:
Dedícate 10 minutos de tu tiempo.
1.       Toma una hoja tamaño carta  y haz una raya medio, divídela en dos, escribe una lista de todas aquellas limitantes y debilidades que han arruinado tu vida.
2.       Haz otra lista de todos aquellos recursos y habilidades con los que cuentas, de los que te sientes orgulloso.
3.       Al terminar,  compara  y date cuenta qué sensación te produce cada una de tus listas. Checa qué descubres al compararlas.


Dedícate este tiempo a reinventarte y una vez que hayas terminado, compara y saca tus conclusiones.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Las creencias, crean o destruyen



Quizá esto que te digo te parezca muy cursi o tal vez no me lo creas por los resultados que hasta ahora tienes y por todas las programaciones que tu entorno te ha generado: como tus padres, maestros,  amigos, compañeros de trabajo, la publicidad y lo más triste ¡tú mismo!  ¡Se la han pasado diciéndote, más tus defectos, que tus talentos y virtudes!
Desde que somos niños, los adultos nos van dando la formación que quieren de acuerdo a sus propias experiencias del mundo, a sus propios modelos recibidos, ese mundo que a ellos les tocó vivir y así nos van formando como ellos fueron formados, muchas veces con grandes problemas de actitud y de personalidad, hacen de nosotros seres triunfadores o estúpidos mediocres, porque cuando somos niños parecemos estar sin defensa ante todo lo que nos dicen ya que somos como guerreros sin escudo a quienes todas las lanzas nos pegan, pues nuestros padres y maestros son como grandes gigantes, les damos una gran credibilidad y entonces aceptamos que todo que nos dicen es verdad.
Imagínate que te dicen que eres un bueno para nada y eso es lo que tú les crees, porque todo lo que nos dicen tiene una gran relevancia y llega el momento en que tú mismo dices, que no sirves para nada. Y así: vas a caminar, pensar, actuar y hablar como eso que te dijeron en tu casa, te dejaron clavado el aguijón de esa creencia para toda tu vida, y así como ésta, te han dejado tantas que hoy han formado tu personalidad. “Eres lo que eres y estás en donde estás porque lo que has puesto en tu mente, puedes cambiar lo que eres, puedes cambiar dónde estás, cambiando lo que has puesto tu mente”…
Tus creencias son ordenes incuestionables para tu mente inconsciente, que van a ser recibidas de manera literal, es decir, al pie de la letra, sin análisis y sin sentido del humor,  porque tu cerebro no sabe si tus creencias son ciertas o no lo son, si es de vacilada o es en serio, simplemente  ejecuta la acción de tus creencias y así van a ser tus estados internos, es decir, tus emociones y éstas a la vez te van a dar tu actitud y tu actitud, tus resultados.
Alguna vez te has preguntado, ¿Por qué a veces logras todo lo que te propones y por qué algunas otras veces no?
Esta pregunta por años me la había venido haciendo, sin saber la respuesta exacta; sólo eran conjeturas nacidas de mi propia frustración, al ver mis frecuentes fracasos que en muchas ocasiones me llevaron a la desesperación y a la fuga emocional a través del alcohol, la televisión, comer por compulsión y otras formas de escaparme de mí mismo.
¡Todo estaba en función de mis creencias!
Las creencias que tenía cerca del economía, de la familia, el estudio, el trabajo y muy especialmente lo que creía acerca de mí mismo, todo esto me había hecho un perdedor durante mis 38 años de vida con los que contaba en ese momento, aún con todo y mis títulos profesionales, era yo un rotundo fracasado.
¡Cuando cambias tus creencias, cambian tus resultados!
Sólo recuerda que tus creencias tienen el poder de crear o destruir en tu vida,
Hay muchos hombres y mujeres en México, que no triunfan, porque no creen poder.
Hay quienes creen que la vida es un valle de lágrimas y...  ¿Qué crees?...  ¡Así les va!
También hay quienes creen que la vida es rica, que la vida es hermosa y… ¿Qué crees?... ¡Así les va!
Hay otros que creen que la vida es una cadena de pesares, un mar de enfermedades y…  ¿Qué crees? …  ¡Así les va!
Otros creen que la vida es prosperidad, salud, riqueza, abundancia, un oasis  de felicidad y amor y…  ¿Qué crees?… Así les va.
Ahora, dime tú:
¿Qué te conviene creer?
¡Eso lo decides tú, por supuesto!  ¿Acaso crees que mereces ser amado, rico, sano, feliz, prospero?
¡Por supuesto que sí!
Lo único que te ha limitado, han sido tus creencias.

¡Cámbialas ahora y verás los resultados inmediatamente!
Si tú quieres ser sano, lo único que tienes que hacer, es convencerse de que puedes lograrlo y hacer lo necesario para conseguirlo pero… ¡Tienes que creerlo! 
En ese momento, tu mente inconsciente se encargará de darte todas las herramientas, los recursos y las  estrategias que necesitas para lograrlo, igual que si crees que estás enfermo.
 Tu mente inconsciente se encargará de eso, recuerda…  sólo te cuesta una poderosa decisión comprometida pero, corazón a dentro, no como decía mi abuelita, “nada más de dientes para afuera”, ¡No! … que nazca del corazón, que nazca de tu fuerza interior, de tu poder personal, ese poder que está tu disposición, ese poder que está  a tu alcance y  que esperando ser utilizado, cuando tú te decidas.
Muchas de las veces el problema está, en los “momentos de verdad”, es decir, a la hora de tomar las decisiones para cambiar algo que te está atormentando o que te  está lastimando la vida o que está destruyendo tu familia, tu salud,  tu economía,  inclusive, tus relaciones.
Por ejemplo, aquellas personas que tienen algún grado de alcoholismo, muchas veces muy alto.
O de tabaquismo o que comen con exageración aún a sabiendas de que están autodestruyéndose y no hace nada para remediarlo, muchas prefieren, como dicen: “morir en la raya”,  antes que buscar soluciones, porque tienen miedo de enfrentar el dolor que puede causarles un cambio verdadero y prefieren soportar la muerte.
Otras quieren hacer cambios en sus vidas, pero no saben cómo hacerlo o quieren que alguien lo haga por ellas, es por eso que no les funciona. Entonces, viven pensando que ellos no pueden cambiar, que ese es su destino… que hay quienes nacen con estrella y otros nacen estrellados, que su vida debe ser así porque Diosito  así lo quiere y entonces… se sienten víctimas de las circunstancias. Tal vez  conoces a este tipo de personas, son esas  “pobrecitas”,  que arrastran la lástima,  donde quiera que andan van queriendo llamar la atención, a ver quién se compadece de ellas.
Decía uno de mis grandes maestros, que cada que nosotros buscamos la lástima de otros, es como recibir un “escupitajo” en la cara, en la dignidad que es lo único que tenemos todos aquellos que no nacimos en cuna de oro y entre pañales de seda.
¡A mí, no me gusta que me escupan, no sé a ti!
Decía  mi maestro que cada “escupitajo” que nos lanzan, se va haciendo más gelatinoso, más pegajoso, más asqueroso y te repito: ¡A mí no me gusta que me escupan, no sé a ti!
Yo estoy convencido de que cualquier persona puede construir una vida extraordinaria,  Dios nos dotó con un cuerpo maravilloso y una inteligencia infinita.
¿Sabes tú cuál es la diferencia entre una persona que logra todo lo que se propone y  por qué otra  no?
 ¡La forma en que utilizan esos recursos, su inteligencia y su cuerpo!
Si tú quieres hacer algunos cambios ahora mismo, lo primero que tienes que hacer es tomar las riendas de tu vida y hacerte cargo. Hacerte consciente de que tú eres el único responsable de tus resultados, que de ti depende si eres rico o pobre, mísero o feliz, triunfador o fracasado.
 ¡Tú eres es el único responsable… y si no tienes más es por tu culpa! Porque tú y yo somos los auténticos responsables de que a tu casa o a la mía lleguen pesos,  tostones,  centavos o miles.

 Olvídate de los pretextos y excusas que solamente son paliativos y autoengaño, sólo nos sirve para acentuar más la mediocridad y el conformismo, hoy puedes comenzar una nueva vida, si tienes el valor de iniciarla, no esperes que alguien venga a cambiarla o que alguien te haga feliz, o que te saques la lotería para que se acaben tus penas económicas y que tu mundo se transforme de la noche a la mañana sin tener que hacer nada porque eso…  eso sucede solamente en los cuentos de hadas.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Viviendo mi sueño



Recuerdo aquel día, que iba a dar un seminario a un pueblito de Guanajuato.
Salí con todo entusiasmo de mi casa, pensando en hacer mi trabajo con todo  profesionalismo, me habían contratado de la presidencia municipal para impartirlo a un grupo de profesores de la localidad.
La mañana era oscura y fresca, pero agradable, conforme más me acercaba, más crecía mi entusiasmo, porque pensaba que iba a conocer ese pueblito, que en otro tiempo mi abuelo paterno me mencionó incontables veces, como un lugar productor de cacahuates.
Unos cuantos kilómetros antes de llegar, el sol comenzaba a salir tras la montaña, hicimos un alto para bajarnos del auto y respirar el aire fresco de la mañana. La carretera, momentos antes estaba solitaria, pero en ese momento al continuar la marcha, nos percatamos que pasaban los coches a toda prisa y a lo lejos podíamos ver una fila de vehículos que subían un cerrito, inclusive pensamos que tal vez se trataba de un encuentro de fútbol, no sabíamos que se dirigían precisamente al mismo lugar que nosotros, nunca me imaginé que toda esa gente se apresuraba a llegar para escucharme.
Cuando llegamos, no podía creer lo que mis ojos veían, el lugar estaba repleto, y todavía había quienes  se  apretujaban por entrar, era un espacio para 450 personas y habían entrado casi 600, me pare sobre el tapanco, que con anterioridad habían preparado; en ese momento, me di cuenta que estaba viviendo mi sueño.
Ese sueño que viví en un lugar de Querétaro en el auditorio de un colegio muy prestigiado. Cómo recuerdo ese Domingo por la mañana en que nos reunimos cerca de 900 personas  para asistir al seminario mensual que organizaba una asociación de líderes.
El orador motivaba a todos los presentes a hacer crecer sus negocios de multinivel, pero a mí no me interesaba el rollo de las bondades de los productos y mucho menos los grandes sueños  de los súper autos, los lujosos departamentos, las exóticas vacaciones y todas esas cosas del glamur, yo sólo me imaginaba en un auditorio como aquel, donde yo fuera el orador y pudiera  decirles a todos los asistentes lo maravilloso que somos.
Así pasaron algunos seminarios iguales, los cuales nutrían cada vez más mi sueño.
Ahora me encontraba  como hechizado en ese lugar.
Al ver a toda esa gente sonriente, curiosa y expectante, tuve la sensación de saber sin duda alguna,  que tenía la información, las estrategias, la filosofía, las habilidades y las herramientas, capaces de ayudar a otras personas para hacer los cambios personales  que tanto deseaban.
Me vinieron imágenes simultáneas a mi mente y recordé  parte de mi vida pasada:
¿Era acaso el mismo tipo que hacía apenas seis años atrás luchaba frustrado, resentido, sintiéndome sólo, incapaz de conseguir que mi vida funcionara?  … ¿Gordo, alcohólico, en total bancarrota, con un vacío existencial inmenso y sin esperanzas?
¡Por supuesto que no!
 También recordé el día que mi vida cambió, era Domingo por cierto. Camina tomado de la mano con mis dos pequeños hijos por una de las calles más céntricas de mi pueblito natal, cuando la avidez de mi niña por un elote, me hizo acercarme al vendedor para preguntarle el precio,  me di cuenta que no tenía en el bolsillo los tres pesos que costaba, sentí una gran impotencia al saber que mis hijos se quedarían con el deseo, tenía ganas de correr, de gritar, de llorar, de desaparecer.
 Sentí una gran impotencia, coraje o una mezcla de ambos, mientras mis niños gritaban y lloraban resistiéndose a caminar, señalándome a otros niños que disfrutaban con sus padres de su antojo, mientras… yo los  jalaba de la mano, caminando como si nada pasara. Más adelante, hice un alto, guarde el aliento y sentí como rodaron por mis mejillas dos  lagrimas calientes  que por su peso y volumen, llegaron hasta el piso.
 Guarde el aliento y exclamé en silencio:
¡Bendito seas dolor intenso que hiciste salir de mi, la casta de un hombre capaz!
Exclamé con una gran fuerza interior que tensaba todo mi cuerpo y ahogaba mi pecho:
 “Nunca más tendrán un padre mediocre hijos, sé que soy mucho más de lo que demostrado ser en mi vida, tanto mental, como emocional y físicamente”
En ese momento, tomé una decisión comprometida que cambiaría mi existencia para siempre.
Decidí cambiar cada aspecto de mi vida. Jamás me conformaría con menos de lo que pudiera ser para mí.
 Nunca me imaginé que aquella decisión, me llevaría a un momento como el  que estaba viviendo en aquel auditorio de La Gran Fraternidad Universal de Tarimoro, Gto, con tantas personas… sus caritas ávidas de conocimiento y el brillo de sus ojos curiosos me decían:
 ¡Comienza ya!
Yo no sé qué te mueve a ti en tu búsqueda, lo único que sí sé es que,  el estar leyendo este libro o escuchando el CD, te hace diferente a las demás personas, creo que algo nuevo quieres para tu vida.
Tal vez te esté pasando lo mismo que a mí en ese tiempo, que estés luchando por liberarte de las ataduras anacrónicas de la mediocridad y del conformismo o quizás has descubierto tu propio valor, que mereces mucho más de lo que hoy tienes, que no hay por qué enfrentar un intenso dolor para que hagas los cambios que tu vida merece.
¡El cambio es ahora!  ¡Sólo te cuesta una poderosa decisión!
¿Cuáles son todas esas cosas de tu vida que no estás dispuesto a seguir soportando?
¿Qué te impide hacer esos cambios que tanto has deseado?
Lo más probable es que estés pensando que nada, pero yo te invitaría que descubrirás esas limitaciones y que a la vez, derrotes esa flojera para pensar,
Durante mucho tiempo de mi vida, viví equivocado pensando que mi vida podría cambiar de un momento a otro, pero sin hacer nada de mi parte, creyendo que sólo con desearlo, algún milagro o golpe de suerte me harían más rico y  feliz, que si yo iba al templo y le pedía de rodillas al santo de mi devoción que me ayudara a resolver mis problemas económicos y familiares él me haría el milagro.
Imagínate que tan perdido andaba que hasta fui a que me leyeran las cartas, el tarot, etc., ya sabes todos esos rollos y llegue a creer  que estaba hechizado  y temeroso busqué la ayuda de los brujos, que sólo me engañaban porque todo seguía igual, o en ocasiones hasta peor.
 ¡Qué gran equivocación…  no me daba cuenta que todo era mi actitud!
Tal vez te esté pasando lo mismo, pero  te diré: ¡nada cambia en tu vida, si no empiezas por cambiar tú!
Si no está satisfecho con los resultados que hasta el día de hoy tienes, pues entonces cambia y tendrás resultados diferentes.
Los resultados de tu vida se dan en función de tus cambios internos. Es decir, lo primero que tendrás que cambiar son tus creencias acerca del mundo que te rodea y muy especialmente las creencias que tienes acerca de ti mismo, quitando todas esas barreras que te limitan para ser un triunfador.
Tú naciste siendo un campeón, sin embargo te han programado para ser un perdedor, porque así son la mayoría de las personas, pero tampoco son culpables, porque no han tenido, o no se han querido dar la oportunidad de prepararse para ser personas excepcionales, seres extraordinarios, porque le tienen miedo al éxito y quizá más miedo al fracaso y viven toda su vida en él.
Tú y yo nacimos de un acto de amor nuestros padres donde se vieron involucrados millones de genes luchando por ser ellos, querían ser los afortunados en nacer, y no fueron ellos porque tú les ganaste la carrera, y fuiste tú, fuiste tú, ¡Tú fuiste el campeón, tú fuiste el ganador!
Sin embargo,  en el medio ambiente en que naciste y creciste se han encargado de hacerte mediocre, diciéndote que tú no puedes, que tú no puedes, que tú no puedes y llega el momento en que tú mismo crees que no puedes.
De esta manera,  queda instalada en tu cerebro la creencia de que tú no puedes,  limitado así todo tu potencial.
Naciste siendo una majestuosa águila de visión clara y poderosa, de enorme garra e inaudita fortaleza y te han convertido en una vulgar gallina, en ocasiones sin voluntad propia.
Otra u otras personas marcan el rumbo de tu vida.

Tienes que creer que tú eres único e irrepetible, jamás ha habido ni habrá un ser humano como tú en el ir y venir de los años, de todos los tiempos, de la eternidad, por los siglos de los siglos, has nacido para triunfar, has nacido para ser feliz, para ser sano,  para amar y ser amado  y Dios no se equivocó contigo porque  eres su imagen y semejanza.