viernes, 29 de agosto de 2014

Amate a ti mismo

Siguiendo con la conversación que tuve con mi amigo Fulgencio de decía que hoy en día, pareciera que hablar de la autoestima está de moda. Todo el mundo habla de amarse a uno mismo, de que tenemos que amarnos primero para poder amar a otros, de que la autoestima es el pilar del desarrollo humano. Que la autoestima es la clave del éxito. Sin embargo, me queda claro, que no nos conocemos, así que, no podemos amarnos.
 ¿Cierto?
- Sería más acertado decir que hay que dejar de odiarse. La mayoría de la gente no sólo no se ama sino que se odia.
- Siempre estamos juzgándonos y criticándonos, tratando de cambiar, de mejorar, de ser diferente.
- El primer paso del desarrollo humano no es la autoestima, es la aceptación.
- Y ¿por qué es tan difícil aceptamos?
- Porque no puedes aceptarte porque tienes una imagen falsa de ti mismo y no te das cuenta que esa imagen ideal de "la que deberías ser" también te ha sido impuesta por otros. Por eso siempre te críticas, por eso siempre te juzgas, por eso no te respetas. Buscas desesperado superarte, ser mejor, sin darte cuenta de que es una absoluta estupidez. No puedes superarte, ni necesitas hacerlo. No puedes ser mejor, ni necesitas serlo.
- Es como siempre estar en contra de uno mismo.
- Es muy aventurado decírtelo pero eso es.  Desde que naciste te han puesto en contra de ti mismo y te han enseñado a alejarte de tu ser,  a buscar lo que necesitas en el lugar equivocado.
- Pero... ¿Quién? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué? - - ¿Quién?
Ya te había dicho: tus padres, tus maestros, amigos, compañeros de trabajo la publicidad, tus líderes religiosos y políticos.
¿Cómo? Haciéndote creer que estás incompleto. Que necesitas perfeccionarte, que hay algo mal en ti, en tu naturaleza, en tu sexo. Haciéndote creer que tienes que llegar a ser alguien en la vida, que tienes que lograr grandes cosas, que tienes que comprar lo que te venden.
¿Por qué? Por ignorancia, por inercia, por inconsciencia,  porque estás dormido.
¿Para qué? Para mantener el estado de las cosas a como dé lugar.
- ¿Uffff? es demasiada información para mí.
A ver dame uno de  ejemplos más claro.
- Muy bien, aquí esta:
Un bebé llega a este mundo siendo perfecto, absolutamente perfecto. Lleno de posibilidades, dones, virtudes y belleza.
Sus padres, quienes quieren que sea una "buena persona", le empiezan a educar, lo que en esta sociedad, quiere decir: programas, condicionar, comparar, reprimir, manipular.
Le hacen ver que tiene que ser "compartido", es decir, que tiene que prestar sus cosas aunque no quiera hacerlo, le hacen ver que tiene que ser "bueno", es decir, que tiene que poner los intereses de los otros antes que los suyos; le hacen ver que tiene que ser “humilde”, es decir, que no debe sentirse ni hablar bien de él mismo.
Con las mejores intenciones le dicen que si quiere ser alguien en la vida tiene que estudiar y triunfar. El niño deduce: “Si tengo  que llegar a ser alguien, es que ahora mismo no soy nadie en lo absoluto”.
-  No puede ser tan malo. Lo dices como si fuera una aberración.
-  Te voy a recordar algunas de las frases con las que se creó tu personalidad:
“Eres un inútil”, “eres un bueno para nada”, “nunca lograrás nada en la vida”, “¿por qué no eres como tu hermano que es estudioso?”, “algo debo estar pagando para tener un hijo como tú”, “¿eres tonto o qué?”, “déjate ahí, te vas a quedar idiota”, “esta es mi casa y si no te gusta lárgate”, “porque soy tu madre, por eso”…
-  Híjole parece que estuvieras hablando de mí,  admito que si fue bastante violento en mi caso…
-  Así fuimos educados: Con amor condicionado, sarcasmo, amenazas, críticas, advertencias y profecías de fracaso.
-  ¿Profecías de fracaso? ¿Cómo está eso?
- Tus padres te repitieron "para motivarte” que nunca lograrías nada en la vida, que así no llegarías a ninguna parte, que eras un bueno para nada; todo eso es lo que se espera de ti. Esas son sus expectativas.
- ¡Vaya forma tan ignorante de motivarme!
- Imagina por un momento que te empieza a ir bien en la vida y empiezas a lograr tus objetivos. En tu mente inconsciente suena una alarma que dice "Alto, ¡estás haciendo quedar mal a tus padres! Los estás haciendo quedar como mentirosos."
- Y supongo que si tus padres no lograron nada en la vida, sientes también culpa por superarlos. ¿Verdad?
- Claro, incluso detrás de tu propio nombre hay un montón de expectativas ocultas. Si te llamarón como tu abuelo o como tú mamá, es que esperaban que fueras como ellos.
- Mi abuelo fue un borracho empedernido

jueves, 28 de agosto de 2014

Otro ejemplo de nuestra programación

                                     
Un ejemplo más...
En la sociedad, hay un conjunto de conceptos que se consideran valiosos, loables, admirables o sagrados: La patria, la nación, la bandera, el honor, la honra, el deber; sólo por nombrar algunos.
¿Has considerado alguna vez que todas esas palabras son sólo ideas?
En los Estado Unidos para convencer a los jóvenes de unirse al ejército y de ir a la guerra les dicen: “sirve a tu patria, es un honor servir a tu nación”. También lo acaba de decir Peña Nieto el día del ejército. Dijo que el mayor privilegio que tiene un mexicano es servir a la patria.
Miles de jóvenes murieron en la supuesta “Guerra de liberación de Irak”. Miles de hermosos jóvenes llenos de vida, llenos de posibilidades, de cosas por disfrutar, fueron convencidos por su gobierno de ir a matar a un montón de desconocidos, hombre, mujeres y niños.
A los padres que pierden a sus hijos en la guerra, el gobierno de EUA les entrega una bandera doblada en triángulo y les dice que su querido hijito, murió con honor cumpliendo el deber de servir a su patria.
Pues sí, es verdad.
¡No lo es! La nación, es un concepto, algo que no existe. El honor y el deber son sólo ideas. ¡Sus hijitos murieron defendiendo los intereses económicos de unos cuantos!, murieron porque las armas son un gran negocio, solo si se utilizan. Murieron porque el que tiene más petróleo es más poderoso.
Tus líderes políticos son un montón de mentirosos, falsos, manipuladores, sicóticos, enfermos de dinero y poder que no les importa tu bienestar o el bienestar de la gente. Se meten a la política para ver que pueden robar, para ver a quien pueden mangonear y manipular, su sed de dinero llega a extremos ridículos: tienen tanto dinero que no lo podrán gastar en tres generaciones. Hasta un niño puede ver la locura en eso.
Fíjate bien, observa en  temporada de campañas políticas, lo puedes ver claramente en los promocionales: políticos con falsas sonrisas, felicitando a las madres como el día de hoy 10 de mayo del 2012, con abrazos y palabras hipócritas que se nota en sus caras y postura corporal.
Está bien, te entiendo pero ¿qué tiene que ver esto con la vida diaria?
Así como los fumadores y los soldados pierden sus vidas por seguir ciegamente su condicionamiento, todos nosotros perdemos nuestra paz, nuestra tranquilidad y arruinamos nuestras vidas por "conceptos” por cosas que nos han dicho que son valiosas, loables, admirables o sagradas.
¿Cosas que no existen y que nunca nos hemos detenido a analizar?
Exacto
¿Cómo qué?
El éxito, la excelencia, la riqueza, el prestigio social…
¿Y la religión qué papel juega en esto?


Ups…de eso hablemos más adelante.  

miércoles, 27 de agosto de 2014

¿Cómo hemos sido programados?

Frecuentemente me encuentro con personas que se sorprenden muchísimo cuando se despiertan y se dan cuenta que han sido objeto de la mentira y la manipulación toda su vida, siendo programados por sus padres, maestros, amigos, compañeros de trabajo, la mercadotecnia y lo más triste por ellos mismos.
En un curso básico de programación neurolingüística que impartí me encontré con un maestro retirado que me insistía mucho con preguntas curiosas y a la vez, en algunas ocasiones un tanto capciosas.
Una de sus preguntas fue:
¿Cómo me puedes explicar acerca de la programación que hemos recibido?
 Déjame te explico más ampliamente:
Tú piensas, sientes y actúas, como te han dicho que debes pensar sentir y hablar. Te han programado para que te pongas alegre cuando quieren que te pongas alegre, te pones triste siguiendo una programación en tu mente inconsciente. Ríes cuando se te ha dicho que rías, lloras cuando se te ha indicado que llores.
Te han dicho cómo vivir, cómo vestir, cómo relacionarte, qué comprar y en dónde comprarlo.
Te han dicho a qué debes dedicarte, cuáles deben ser tus metas en la vida, a quién debes admirar. A quién debes venerar. Te han programado para que sepas lo que es bueno y lo que es malo, lo que debes considerar bonito o feo…
Ya entendí que no elegí mi forma de ser. Entonces,  ¿quiere decir que yo no elijo tampoco mis acciones?
Pues, si no estás consciente de tus condicionamientos, no.
Explícanos más claramente eso de los condicionamientos porque lo escucho una y otra vez y no estoy seguro de entenderlo realmente.
Mira, de la sociedad en la que naces no sólo heredas tu forma de ser y de pensar sino también, sus expectativas, sus gustos, sus valores, sus sueños, sus ilusiones, sus miedos, sus creencias, sus códigos morales, en fin; la forma en la que se espera que actúes y reacciones.
Bien, eso me queda claro, pero ¿qué tiene de malo?
No tiene nada de malo, sin embargo, tiene dos pequeñísimos inconvenientes:
Uno, que si no eres capaz de darte cuenta de que tú no eres esos condicionamientos sociales, entonces no eres más que un autómata, un robot, un engrane de una inmensa maquinaria, una pieza de ajedrez que mueven los que están en el poder.
El otro inconveniente es que si los valores están mal y respondemos ciegamente a ellos, como es el caso, acabamos con la naturaleza, con nuestras relaciones, maltratamos a nuestros semejantes y a las animales. Acabamos amargados persiguiendo sueños imposibles, frustrados buscando lo que no necesitamos, enfermos consumiendo alcohol y drogas porque es "socialmente aceptado".
Híjole me empiezo a dar cuenta de por qué vivo como vivo. Necesito más ejemplos. ¡Me parece tan difícil creer que nos estemos haciendo este daño a nosotros mismos!
Mira la sociedad necesita mansedumbre,  borregos, ovejas; personas que no cuestionen lo que se les ha enseñado, lo que se les ha dicho que hagan. Autómatas que sigan al pie de la letra lo establecido.
A cada engrane se le ha dado un papel, se le ha dicho hacia donde girar, cada uno sabe bien que se espera de él.
Oye, pero no crees que  tendríamos que estar  dormidos o idiotizados para seguir un papel que se nos ha impuesto.
Así lo está la mayoría de la gente.
Pero ¿Cómo nos mantienen así?
Bien, pues te diré con qué se  lubrica la maquinaria de la sociedad: con alcohol, tabaco, droga, pornografía, televisión y religión.
Esta sociedad está basada en la economía y los que la rigen son un puñado de personas.
¿En qué crees que está basada la economía mundial? Seguro lo sabes pero te lo voy a repetir: en la industria armamentista y el narcotráfico.
¿Quiénes crees que son los dueños de los medios masivos de comunicación, de la televisión y la radio? La industria del tabaco y del alcohol. Y ahora bien, ¿Cuáles crees tú que son las herramientas más poderosas de manipulación?
Ya nos dijiste que la TV y la radio.
¡Exacto! Y cuando cae la economía mundial ¿sabes que la reanima?
¿El trabajo duro de los ciudadanos?
No. La guerra.
Me siento un poco sacado de onda y me cuesta mucho trabajo creerte. No puedo pensar que nos dejemos manipular de esa manera.
Es natural que te sorprendas y te saques de onda porque tu mente se resiste a pensar que la realidad es muy diferente a lo que creía. Déjame darte otros  ejemplos aún más claros:
Imagina a un grupo de empresarios en una junta hace algunos años. Uno de ellos tiene una idea para hacer dinero y presenta a los inversionistas un producto nuevo que se llama tabaco.
Tenemos aquí algo que es fácil y barato de producir y que podría venderse a gran escala: cigarrillos. Después de mostrarle a los jefes el producto y cómo se utiliza, hay varios comentarios negativos: El producto apesta, mancha los dedos y los dientes, es nocivo para la salud y... un poco estúpido ¿no? ¿Llevar humo a los pulmones y después expulsarlo?
Si, sé muy bien que es un poco extraño (confiesa el primero) pero esto tiene una ventaja: Es altamente adictivo. Es decir, que después de unas cuantas veces el consumidor estará atado a él, lo necesitará para estar bien, hará cualquier cosa para conseguirlo, se habrá vuelto nuestra minita de oro. Muy bien, esa es una gran ventaja para nosotros, pero, ¿cómo podríamos lograr que la gente se anime siguiera a probarlo? ¿Qué hagan algo en contra de su propia salud? ¿Qué se expongan a todas esas desventajas?
Eso déjenmelo a mí (dijo el publicista) eso es fácil. Relaciono el producto con paisajes hermosos, con ser elegante, con ser mayor, con ser exitoso, con las necesidades más básicas del ser humano.
¿Aunque nada tenga que ver con ellas?
Seguro esa es mi chamba. No hay problema.
Bien, ¡pues hagamos montones de dinero!
Y ¿la salud y el bienestar de nuestros clientes? (Se oyó una vocecita en el fondo)  ¿El cáncer? ¿El enfisema pulmonar?
 ¡Que se jodan! Dijeron los poderosos.
¿Y nuestros jóvenes?  (insistió por último otra vocecita)
-  ¡Que se jodan! ¡Que se jodan!
¡Que bárbaro! No puede ser.
¿No puede ser? ¿Crees tú que los fumadores estén conscientes que le dan una renta diaria a un grupo de personas a las que no les importa “un comino” su salud ni su vida? Les importa el dinero y nada más.
No lo creo.

¿Crees tú que están conscientes de que fumar es un acto autodestructivo y que mientras más advertencias les hagan de las desventajas del fumar, más lo harán por el odio que sienten por ellos mismos? (mañana te daré otro ejemplo más)

martes, 26 de agosto de 2014

Nuestras mascaras

                                          
En comentarios que hice a lo anteriormente compartido, un viejo amigo de la infancia me decía: Con las personas que amamos si mostramos nuestro verdadero yo, ¿Verdad?
Eso sería maravilloso, pero no es la realidad. Estamos tan identificados con nuestra mascara, con nuestra personalidad, que pensamos que "eso", somos nosotros e incluso en la intimidad seguimos respondiendo a nuestras programaciones inconscientes. Cuando besas a tu novia, cuando le haces el amor, ustedes no se tocan, son solo las máscaras las que se besan y se acarician.
Pero lo sentimos cuando hacemos todo eso, ¿no crees?
Sienten una mínima parte, créeme. Entre tantas actitudes aprendidas, tantas acciones automáticas y tantas distracciones de tu mente, no queda espacio para ver al otro, para sentirte a ti mismo.
Pues me parece difícil de creer que siempre estemos escondiendo nuestro verdadero ser. Me reviró mi amigo Fulgencio.
¡Lo escondes tanto que ni siguiera le conoces! Cuando la gente no está tratando de convencer a otros de que es algo que no es,  está tratando de que nadie se dé cuenta de lo que en realidad es.
Por un lado, exagerando y mintiendo para crear una máscara agradable para los demás y por otro lado fingiendo y ocultando porque lo que él cree que es en realidad, le avergüenza.
Fíjate bien, si escribes un diario, la tendencia es ocultarlo, reprimimos nuestras emociones, no expresamos nuestras ideas...
Entonces, ¿Vivimos en la mentira?
No en la mentira, en la superficie, nuestra personalidad es la circunferencia, nuestro ser es el centro. La circunferencia es el "como sí".
Como si nos quisiéramos, como si nos importara, como si nos amaramos, como si...
El esposo hace como si fuera fiel y, tiene una amante, la mujer hace como si no lo supiera para no tener que preocuparse por el dinero, los hijos hacen como si estudiaran, el burócrata hace como si trabajara, el político como si le importaran los problemas de la gente, el policía como si fuera honesto, el sacerdote como si fuera obediente,  puro y casto.
¿Y cómo hacemos entonces para conocernos?
Observar la forma en la que hemos sido condicionados. Pon  atención a los programas a los que respondemos ciegamente.
- Espera, a ver... eso suena como si fuéramos robots...
- Somos robots, esclavos, títeres. Todos lo somos. Nada hay de original en ninguno de nosotros. Desde nuestra infancia nos han mentido, esclavizado, condicionado, domesticado, programado.
Lo que creemos que somos, nuestras metas, nuestros valores, nuestros temores, nuestros gustos; nos fueron impuestos por otros. Nunca se nos dio la oportunidad de elegir nuestras creencias. Nunca tuvimos la posibilidad de cuestionarlas. Nada hemos elegido.
Eso que crees que eres, esa persona que defiendes a capa y espada, esa personalidad de la que te sientes tan orgulloso o... tan avergonzado, no eres tú.
Esas metas que te mueven, los miedos que te controlan, las ideas que le dan sentido a tu vida, los valores que respetas; los heredaste todos. Fueron forzados en ti cuando no tenías posibilidad de rechazarlos, de analizarlos siquiera.
Entonces, ¿Resulta que somos un montón de monigotes sin voluntad, sin la posibilidad de elegir nada? ¿Así que somos manipulados a placer y no nos damos cuenta siquiera?
Mi amigo Ful, como le decimos cariñosamente,  guardó silencio y me miró fijamente a los ojos diciéndome:   ahora caigo  en cuenta del porqué yo estoy acostumbrado a las respuestas fáciles, a la información predigerida, me gustaba no sólo que me dieran de comer en la boca sino, que quería que alguien masticara la comida por mí.
Enseguida, le hice algunas preguntas que me gustaría que tú también las contestaras para mejor ejemplo de lo que anteriormente te compartí.
¿Elegiste nacer?
No
¿Elegiste a tus padres o a tu familia?
(Algunos dicen que si los elegimos. Para mí, esas son tonterías newage)
¿Los elegiste?
No.
¿Elegiste ser hombre?
No.
¿Ser mexicano?
No.
¿Ser Católico?
No.
¿Tu nombre?
No.
¿La escuela a donde fuiste?
No.
¿Hay algo importante en tu vida que han determinado tu forma de ser y que tú hayas elegido?
No tienes la más remota idea  de quién eres, vives detrás de la máscara que es la personalidad que te han dado, sin poder mostrarles a otros. Ingieres alcohol para poder aflojar tus ataduras. Sin sustancias extrañas en tu cuerpo no puedes hablar, no puedes reír abiertamente, no puedes bailar, no puedes siquiera expresar tus emociones. Como vives a través de otros, su opinión es más importante que tus sentimientos. El "qué dirán” es lo que rige tu vida.
Conocerse a uno misma es saber qué queda cuando te desprendes de todas esas etiquetas con las que te has identificado: de ideologías, de creencias, de nacionalidades, de estereotipos, de modas, etc.
 Con la mirada perdida y como si pensara en voz alta mi amigo Fulgencio solo musito… ¡no es nada fácil!
Es lo más difícil que puedas imaginar, porque el salir del montón, es saltarse, aventurarse a lo desconocido, es como dijo Jesús: "perderse para poder encontrarse”. Es como dar un salto cuántico.
“Conócete a ti mismo” ¡guau! ¿Quién lo dijo primero?
 Los griegos
-¡Ah sí! Ya lo sabía.
Mhhh… Claro...

Nos despedimos quedando de vernos nuevamente para seguir con nuestra charla.

lunes, 25 de agosto de 2014

Conócete a ti mismo

Eso lo he escuchado tantas veces y sinceramente desde que estaba en la secundaria y a la fecha, me cuesta trabajo todavía estar en la búsqueda de conocerme porque creo que cuando nos conocemos, en verdad vivimos.
 “Conócete a ti mismo”  al escuchar esta vocecita interna, con mi soberbia y el ego a todo lo que da  me digo: cómo no me voy a conocer, ¿No he vivido conmigo mismo toda la vida? ¿No soy yo mismo todo el tiempo?
- Pues no, la verdad es exactamente lo contrario: No te conoces y muy pocas veces en tu vida has sido tú mismo. Lo que conoces de ti mismo es tu personalidad,  tus condicionamientos y programaciones inconscientes impuestas de generación en generación por las personas significativas de tu vida, cultura, la educación, etc.
La palabra personalidad viene del griego "persona".
La persona era la máscara que utilizaban los actores griegos en las obras de teatro. Así que, tu personalidad es la máscara con la que te relacionas con otros, pero no eres tú.
¿Has notado que cuando estás solo y piensas que nadie te observa te comportas de diferente manera?
Si no te sientes acechado actúas como verdaderamente eres. Fíjate bien, incluso con algunas personas eres de cierta forma y con otras eres diferente.
Así es, tu personalidad es algo adquirido, que tiene que ver con  tu infancia, con la sociedad en la que naciste, con cosas externas. Ninguna de ellas elegiste y sobre ninguna de ellas tuviste control.
La pegunta es: ¿Usamos siempre una máscara para relacionarnos con otros?
Siempre. Una máscara de actitudes aprendidas, de lugares comunes, de reacciones ensayadas. Una forma de ser y de actuar que no deja espacio para ser tú mismo, para ser genuino: para ser espontáneo.
Casi no hacemos contacto con el otro. Evitamos mostramos tal cual somos a los demás.
Lo evitamos porque nos avergüenza, porque te han dicho que puedes ser como quieras... excepto ser tú mismo. Y en esos raros momentos en las que haces contacto con tu ser, en los que lloras emocionado, ríes sin pensar o bailas sin control, ¿Qué sucede?
- Te reprimen, piensan que estás loco, te critican.
- Así es, a los otros les incomoda que muestres el verdadero yo, porque en la sociedad se vive en el “como si", en lo superficial, en lo cómodo, sin hacer contacto con el otro. Mostrar tus emociones, tu vulnerabilidad, tu alegría, tu inocencia, es cosa de locos.


viernes, 22 de agosto de 2014

Iniciemos un nuevo camino


El contenido es una reflexión de  una persona natural y silvestre como tú y como yo y  la sabiduría interna que nos guía como el espíritu del universo el cual se convierte en un guía silencioso para juntos hacer un valiente análisis de las creencias que gobiernan nuestras vidas.
No es nada fácil cuestionar y poner a prueba lo que nos han dicho, una y otra vez, que no debe cuestionarse.
Sin embargo, el que quiere ser libre deberá analizar todas las ideas. Creencias y conceptos que nos tragamos completitas desde nuestra más temprana edad. Esa es la única forma de hacerse el maestro de uno mismo.
¿Te atreverías a emprender este viaje?  Iniciemos entonces…
Te propongo entonces, un reto desafiante, algo que requerirá mucho valor y un gran esfuerzo de tu parte: analicemos las creencias que gobiernan tu vida...
Tal vez estés pensando ¿Qué puede tener eso de difícil o peligroso?
Bueno, en primer lugar, nunca lo has intentado siquiera y en segundo lugar, significa atravesar miedos, condicionamientos o programaciones que se ha acumulado en ti de generación en generación.
Significa también descubrir que la sociedad tal y como la conocemos ahora, está basada en la mentira y por lo tanto se sostiene con la hipocresía.
Significa, soltar todos los valores a los que te has aferrado porque le daban sentido a tu vida, cuestionar lo que te han dicho que es sagrado y darte cuenta de todo lo que sabes ahora, te lo dieron otros, no lo descubriste por ti mismo, te lo tragaste completito. Igual que yo.
Según yo, este cuestionamiento, esta búsqueda de la verdad, es la única empresa en la que vale la pena invertir tu preciado y corto tiempo en este mundo.
Tal vez te estés preguntando ¿Por qué es tan importante?
Porque es la única forma de ser libre… de ser “humano”.
 Es todo un bagaje de enseñanzas que me abrió los ojos a una nueva realidad: la posibilidad de ir a lo profundo, de entender un poco más los hilos que nos mueven, los retos que enfrentamos; a la posibilidad de recuperar nuestra libertad, nuestra dignidad, a la posibilidad de alcanzar nuestro potencial.

Nos encontramos el lunes...


jueves, 21 de agosto de 2014

La verdad nos hará libres


ADVERTENCIA: Este contenido puede alterar tu vida. De hecho, está escrito para sacudirte, para estremecerte, para despertarte.
Es  sólo para personas valientes que se atreven a cuestionar sus propias creencias sin miedo a las consecuencias.
Si lo que buscas es:
·       una fórmula mágica para alcanzar la excelencia
·       un montón de sugerencias para ser altamente efectivo
·       una lista de acciones a llevar a cabo para salir de la mediocridad
·       una recopilación de sugerencias para triunfar en la vida.

¡Esto no es para ti!
Si piensas que las creencias religiosas no pueden ser cuestionadas a pesar de que no te dan la paz y el consuelo que buscas en ellas; si crees que los valores humanos están bien establecidos a pesar de que la realidad demuestra lo contrario; si piensas que tu vida marchará perfectamente cuando consigas “eso”, que le falta; no leas este contenido.
Esta advertencia no es una estrategia publicitaria, aquí se cuestiona todo lo establecido. Cuestiona lo que la mayoría de las personas consideran sagrado e incuestionable: La religión, la sociedad, los valores, las costumbres. Si eres fanático de alguna religión, si piensas que hay creencias que no se pueden poner en tela de juicio, si crees en valores sagrados; ESTE TEXTO NO ES PARA TI. ALÉJATE DE ÉL O MÁNDASELO A QUIEN CONSIDERES PERTINENTE.
Por el contrario, si ya abriste un ojito, si existe en ti la inquietud de ir más profundo, de averiguar por qué la mayoría de la gente es infeliz, por qué el hombre está destruyendo el  planeta y destruyéndose a sí mismo, por qué tus metas no te satisfacen, por qué sientes ese profundo vacío en tu vida, por qué no puedes amar sin conflictos, por qué no puedes aceptarte cómo eres, por qué la superación personal para ti  es solo “una jalada”: entonces, te doy la bienvenida.
Aquí no encontraras respuestas. Sólo las respuestas que vienen desde dentro de tu ser son válidas para ti.
Nadie más que tú mismo puede darte las soluciones que buscas.
Sin embargo, este contenido puede ser el primer paso que darás en un camino que podría llevarte a la realización. Una realización que nada tiene que ver con el éxito, con el reconocimiento social, con la acumulación de bienes sino, con la dicha, el amor y la paz interna.
El camino a la libertad es el camino de “El guerrero”, el camino de la rebeldía. Sólo la persona que se atreve a rebelarse en contra de lo que le ha sido impuesto, a romper las cadenas que le atan, a cuestionar lo que nadie se atreve cuestionar, podrá ser libre.
Bien… has sido advertido, puedes decidir ahora aventurarte en un camino desconocido o seguir en el que ya conoces, aunque sabes claramente que no te satisface. 

(mañana continuamos)