La observación es la clave
partida lograr el despertar de la Conciencia. No debemos confundir los términos
"pensar" y "observar".
Pensar es un estado
activo. Al pensar se crea, se discurre se reflexiona, se considera, se compara,
se juzga, se decide, se escoge y se llega a conclusiones.
Observar es un estado
pasivo. Cuando se observa, uno se convierte en el testigo de sus propios actos,
hay silencio interior, se examina todo con atención y se mira sin juzgar.
Cuando uno logra un estado de observación más profundo se entra a un nivel de
contemplación y paz.
Al estar observando, se
calla el parloteo de la mente, porque tenemos puesta la atención en observar lo
que ocurre en ese momento.
La observación nos permite
conocernos, la atención se centra para darnos cuenta de que es lo que pensamos,
que es lo que sentimos y como actuamos.
Es importante entender que
cuando se observa, no se juzga. Sólo se está recabando información que nos va a
ayudar.
Aprendemos más de la
observación que de las experiencias que vivimos.
Para poder cambiar algo en
ti, debes saber qué es lo que está pasando, razonarlo, ubicarlo en el presente
y definir la intención para poder trabajar.
Cuando la atención está
despierta y algo nos perturba, de inmediato debemos parar y dejar de juzgar o
juzgarnos, para conocer el origen de ese malestar, enfrentarlo y preguntarse:
¿qué debo aprender de esto y qué es lo que debo cambiar para poder volver a
equilibrarme?
Todo aquello negativo que
proviene del resultado de los pensamientos inconscientes y de las creencias
falsas con las que nos manipulan de manera colectiva todas aquellas
instituciones que manejan el poder en el mundo, incluyendo y usando el temor
para dominarnos.
Si queremos sentir a Dios
dentro de nosotros, debemos concentrarnos en todo lo que es bueno, porque Dios
está en lo que es bueno, no en el resentimiento o en la preocupación.
Cuando algo nos agobia o
angustia, entramos en el espacio divino que existe en nosotros y de inmediato
llegarán el consuelo y la paz. Desde ahí se puede ver con claridad la solución
de los problemas.
Para nosotros no existen
los imposibles, ya que somos pequeñas Chispas de Dios.
Primeros pasos para
observarme
1. Darme cuenta de lo que
estoy pensando.
2. Darme cuenta de lo que
estoy sintiendo.
3. Darme cuenta de cómo es
el entorno en el que estoy viviendo.
4. Darme cuenta, de lo que
estoy haciendo y decidir a dónde quiero ir
5. Darme cuenta de las personas que
viven y actúan a mí alrededor.
6. Darme cuenta del
diálogo interno que mantengo conmigo mismo, para saber qué es lo que me repito
constantemente en silencio. (Esta actitud te induce a actuar de manera positiva
o negativa, pues le estás dando órdenes, a través del pensamiento, a tus
células, a tu cuerpo que reacciona y a tus emociones).
Recordatorio
No te vuelvas a distraer,
porque caerás dormido de nuevo.
¡Obsérvate!
¡Siéntete!
¡Escúchate!
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