sábado, 28 de abril de 2012

¿Eres Feliz?


En cierta ocasión, durante una elegante fiesta de bienvenida, unas mujeres, querían conocer a la esposa del festejado, le preguntaron con cierto morbo:

¿Te hace feliz tu esposo, verdaderamente te hace feliz?

El festejado, quien estaba en ese momento no estaba su lado, pero sí lo suficientemente cerca para escuchar la pregunta, prestó atención a la conversación e incorporó ligeramente su postura, en señal de seguridad, y hasta hinchó un poco el pecho, orgullosamente, pues sabía que su esposa diría que sí, ya que ella jamás se había quejado durante su matrimonio.

Sin embargo, para sorpresa suya y de los demás, la esposa respondió con un rotundo:
- No, no me hace feliz.
En la sala se hizo un incómodo silencio como si todos los presentes hubieran escuchado la respuesta de la mujer.
El marido estaba petrificado. No  podía dar  crédito a  lo que  su esposa  decía,  y menos en
para él.
Ante el asombro de todos, ella simplemente se acomodó enigmáticamente sobre su cabeza su elegante chalina de seda negra y continuó:
- No, él no me hace feliz… ¡Yo soy feliz! El hecho de que yo sea feliz o no,  no depende de él, sino de mí.  Yo soy la  única persona  de quien  depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en  cada momento de mi  vida, pues si mi felicidad dependiera de otra persona, de  otra cosa o  circunstancia  sobre la  faz de esta  tierra, estaría  en serios problemas.
- Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente: El ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc.
Y así podría decir una lista interminable.
A través de toda mi vida, he aprendido algo:
- Yo decido ser feliz y lo demás son "experiencias o circunstancias", como ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar, y junto a mi esposo lo he vivido y practicado tantas veces.
- La felicidad siempre se apoyará en el verdadero perdón  y en el amor así mismo y a los demás.
- No es responsabilidad de mi esposo hacerme feliz... Él también tiene sus “experiencias o circunstancias”, lo amo y el me ama, muy a pesar de sus circunstancias y de las mías.
- Él cambia, yo cambio, el entorno cambia, todo cambia; habiendo amor y perdón verdadero, y observando esos cambios, (los cuales tal vez puedan ser fuertes o no, pero existen ), hay que enfrentarlos con el amor que hay en cada uno de nosotros, si los dos nos amamos y nos perdonamos; los cambios serán sólo “experiencias o circunstancias”  que nos enriquece y que nos darán fortaleza, de lo contrario, solo habremos sido parejas de “paso”.
- Para algunos divorciarse es la única solución; 
El amar verdaderamente, es difícil, es dar amor y perdonar incondicionalmente, vivir, tomar las “experiencias o circunstancias” como son, enfrentarlas juntos y ser feliz por convencimiento.
Hay gente que dice:
- No puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero,
  * porque hace mucho calor,  porque me insultaron,
  * porque alguien ha dejado de amarme,
  * porque alguien no me valoró!
Pero lo que no sabes es que puedes ser feliz aunque estés enfermo, aunque haga calor, tengas o no dinero, aunque alguien te haya insultado o alguien no te amó o no te haya valorado.

¡Ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide!...

Ser feliz, depende únicamente de ti


jueves, 19 de abril de 2012

Buena suerte... mala suerte


Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una pequeña aldea en las montañas. Su único medio de subsistencia era el caballo que poseían, el cual alquilaban a los campesinos para roturar las tierras.

Todos los días, el hijo llevaba al caballo a las montañas para pastar. Un día, volvió sin el caballo y le dijo a su padre que lo había perdido. Esto significaba la ruina para los dos. Al enterarse de la noticia, los vecinos acudieron a su padre, y le dijeron: «Vecino, ¡qué mala suerte!» El hombre respondió: «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!».

Al cabo de unos días, el caballo regresó de la montaña, trayendo consigo muchos caballos salvajes que se le habían unido. Era una verdadera fortuna. Los vecinos, maravilla­dos, felicitaron al hombre: «Vecino, ¡qué buena suerte!». Sin inmutarse, les respondió: «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!»


Un día que el hijo intentaba domar a los caballos, uno le arrojó al suelo, partiéndose una pierna al caer. «¡Qué mala suerte, vecino!», le dijeron a su padre. «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!», volvió a ser su respuesta.


Una mañana aparecieron unos soldados en la aldea, reclutan­do a los hombres jóvenes para una guerra que había en el país. Se llevaron a todos los muchachos, excepto a su hijo, incapacita­do por su pierna rota. Vinieron otra vez los aldeanos, diciendo: «Vecino, ¡qué buena suerte!». «Buena suerte, mala suerte, ¡quién sabe!», contestó.


Dicen que esta historia continúa, siempre de la misma manera, y que nunca tendrá un final.

viernes, 13 de abril de 2012

El bosque en llamas


El bosque esta en llamas, y, mientras todos los animales huyen para salvar su pellejo, un colibrí recoge una y otra vez agua del río para verterla sobre el fuego y pasó cerca de un león volando a alta velocidad.


El león asustado le preguntó:


- ¿Colibrí adonde vas con tanta prisa?


El le respondió:
- Estoy llevando agua en mi pico para apagar el incendio del bosque.
El león le increpó: 
- Pero es poquísima el agua que puedes llevar. ¿Es qué acaso crees que con ese pico pequeño vas a apagar el fuego? 
Yo sé que no puedo sólo, responde el pajarito, pero yo estoy haciendo mi parte.

miércoles, 11 de abril de 2012

¿El EGO es nuestro enemigo?

La contra de hoy nos trae uno de los temas más recurrentes en la psicología: el ego (del latín: “yo”).


Hay mucha literatura y arte acerca de él, hay mucha investigación científica desde disciplinas como la psicología y la psiquiatría, y en “Mujeres Colapsadas” hemos querido dedicarle un pequeño espacio.
Podemos decir que el ego es la persona que crees ser, no necesariamente la que eres o la que puedes llegar a ser. El ego es un personaje que has ido construyendo. El ego es fruto de tu sistema de creencias, pautas, hábitos que has ido tejiendo en base a tus aprendizajes y experiencias desde que naciste y con el que te identificas.


Si haces caso a tu ego -si le sigues- te sientes seguro, tranquilo. Estás comportándote de acuerdo al sistema que has construido. El hábito, la rutina, el seguir las pautas habituales a las que te has acostumbrado, te tranquiliza, estás en terreno conocido.  Si el exterior (personas o situaciones) lo reconocen y recompensan te sentirás pleno y ufano.  El precio: difícilmente arriesgarás, te expondrás, comprobarás si tus creencias son ciertas, aprenderás.
Si le contradices, si actúas de forma que él no tenga previsto o si alguien lo pone en evidencia, se incomoda. Sabrás que se ha incomodado por las emociones que experimentes. La variedad es inmensa: puede ir desde un ligero enfado hasta intensa rabia, tristeza, miedo, pánico, vergüenza…
Hay quien considera al ego como a un enemigo. ¿Enemigo de uno mismo? ¿Llevas al enemigo en tu interior?
No le veo mucha utilidad. El ego está para algo. Es necesario, es útil. El ego es un sistema que te permite ordenar tu experiencia. Es como una guía. Te ahorra tiempo, permite que tengas comportamientos más o menos predecibles, una cierta congruencia.
El ego es el gran defensor de tu ecosistema como organismo. Al ego le gusta la estabilidad, el quiere preservarte, quiere protegerte. Es conservador.

sábado, 7 de abril de 2012

¿Qué hacer entonces con mi EGO?

Conócelo y acéptaloPiensa que la pelea, desgasta.
Estáte agradecido por haberlo construido: Te ha sido y te es útil. Te ha supuesto mucha energía y dedicación.
* CompréndeloEntiende la utilidad que ha tenido para ti, para qué te ha servido y para qué no. En qué te ha facilitado las cosas y en qué te las ha dificultado.
Aprende a modelarlo y manejarloCÁMBIALO. El ego es una construcción tuya. Puedes identificarte con él o no. Seguramente ha sido durante mucho tiempo una construcción inconsciente, automática, no le habías prestado atención.
Considerarte una víctima de tu ego es una opción. Hacerte cargo de él, es otra. Si optas por la segunda, se te abre un sinfín de posibilidades al crecimiento, al aprendizaje, al cambio, a la efectividad, a la satisfacción.
“El ego es el primer enemigo del emprendedor”. Yo añadiría… Si hablamos de un ego rígido, inflexible, inseguro y temeroso no es sólo enemigo del emprendedor, sino de las personas en general. Imposibilita o dificulta la apertura y el aprendizaje.
Si hay algo en lo que todo ser humano es “emprendedor” es en su propia vida.
Aprende a manejar, construir y transformar tu ego y vivirás mejor.

¿Sabes por dónde empezar?

jueves, 5 de abril de 2012

El EGO y sus roles


EL EGO Y EL ESPIRITU
A la inmensa mayoría de las personas no les (nos) interesa "lo que es", sino "cómo se ven" o, qué calidad de imagen proyecta. Les interesa la imagen más que la objetividad. Y así, el hombre de la sociedad se lanza a participar  en  esa carrera  de  las  apariencias,  en  el  típico  afán de 'quién engaña a quién', de cómo lograr mejor impresión. El mundo es un  inmenso  estadio  en  el que  "el orgullo de la vida"  juega un gran match  de  las etiquetas,  formas sociales  y  exhibiciones  económicas para competir  por la imagen social,  un combate en el que a los seres humanos no les interesa ser, sino parecer.


EL ESPÍRITU Y EL SER

El Espíritu siempre ha sido esquivo. Hemos sido esquivos (as) al Espíritu: "eso son cosas de locos", dicen los materialistas. El Ser - o Espíritu -, nos sostiene a todos, es nuestra fuente de aliento y vida y, sin embargo, es algo sobre lo cual nuestros padres nos enseñaron muy poco. Juan nos dice: "Ya estaba en el mundo, este mundo que no lo reconoció. Vino a su propia casa y los suyos no lo recibieron".
Una antigua escritura de la India nos dice sobre el Espíritu, lo siguiente: " Un cuchillo no Lo puede cortar, el agua no Lo puede mojar, el Viento no Lo puede alejar, el sol no Lo puede secar".

Cada molécula del universo esta llena de Ser; cada pensamiento, cada trozo de información que nos llega a través de los cinco sentidos no es otra cosa que Ser. Pero podemos pasar por alto al Ser porque este mantiene un silencio total, como un maestro coreógrafo que nunca participa en la danza. En verdad, El siempre existió y existirá. Sólo necesitamos apertura para estar "en espíritu" o, inspirados. 

EL EGO Y EL YO
Así como hay dos polos en un imán, uno positivo y uno negativo; las personas también cargamos con dos personajes en disputa; uno de ellos es el que se afana por el éxito material y el otro que aspira a elevarse espiritualmente. La descripción brindada por Sogyal Rinpoche en la obra "El libro tibetano del vivir y del morir" explica a las mil maravillas este descubrimiento: "Dos personas han estado viviendo en ti durante toda tu existencia. Una es el ego: charlatana, exigente, histérica, calculadora; la otra es el ser espiritual oculto, cuya queda y sabia voz has oído y atendido sólo en raras ocasiones".



EL EGO O LA MÁSCARA SOCIAL

La pequeña palabra "ego" ha tenido varios significados. Para la escuela freudiana es "el aspecto consciente de la psique que decide entre los instintos básicos del ello y la moralidad del superyo":
Definición muy académica. El estereotipo de este modelo suele ser varón. La persona con "problema de ego" se considera que es jactanciosa, egoísta, desdeñosa, vanidosa y, por lo general, desagradable, o también, la persona dedicada al odio, la malicia y la destrucción. También se ha considerado al ego como algo que está dentro de nosotros, controlando nuestra vida cotidiana, presionándonos para que mostremos una "buena imagen".
Atención: Se puede ser altruísta y bondadoso para mostrarse ante los demás... y eso también es ego.

Para los fines que nos proponemos, sugerimos otra definición del "ego": "Consideremos al ego como la idea que cada uno de nosotros tiene de sí mismo. Es decir, que el ego no constituye mas que una idea, una ilusión, pero una ilusión que ejerce gran influencia". Nadie ha visto al ego. Se trata más bien de un fantasma que aceptamos que controle nuestra vida. El problema  es que mantener esta ilusión puede impedirle conocer su verdadero yo, su esencia espiritual.

Opinamos que el ego es una disposición del pensamiento errónea que intenta presentarle como a usted le gustaría ser, en lugar de cómo es en realidad.
En esencia, el ego, la idea de uno mismo, la máscara, el papel que estamos desempeñando; supone una forma distorsionada de afirmar y vivir la existencia. A esta máscara social (el ego) le gusta la  aprobación, quiere controlar situaciones y personas, y se apoya en el poder porque vive en el temor.



SUGERENCIAS PARA SUPERAR EL EGO Y ALCANZAR LA CONCIENCIA SUPERIOR

Las siguientes sugerencias le ayudarán a ponerse en contacto con el ego y superarlo:

* Intente conocer su ego y determinar cuando su ego influye y domina su vida. Pregúntese: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo espiritual?.
A medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del egocentrismo y entrar en la conciencia superior.


* Comience a llevar la cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre "yo". Al no centrarse en su propia persona estará superando el ego.


* Comience a considerar su ego como una entidad que le acompaña y que tiene un propósito. Es invisible y siempre está a su lado.
Trata de convercerlo de que usted está separado de Dios, de su superioridad respecto de otros, y de que es "especial". El quiere que usted se sienta ultrajado cuando recibe un trato incorrecto, cuando lo insultan, cuando no lo acarician; ofendido cuando no sale con la tuya, herido cuando pierde en una competición. Primero conoce a esta entidad. Luego se percata de que está obrando en usted. Por último, se libre de ella.


* Escuche a los demás y no se centre en sí mismo. Durante las conversaciones, concéntrese en lo que la otra persona está diciendo y en lo que siente. Luego responda con una frase que empiece por "tú, usted". Esto se denomina escucha activa. Es una manera de contener el ego y permitir que participe el yo espiritual.


* Resista el hábito de permitir que el ego domine su vida.
Cuanto más se resista a permitir que su ego sea quien controle su vida, más pronto llenará el espacio que antes ocupaban las exigencias de su falso yo.


* Practique la meditación diaria o el acallar su mente para deshacer la ilusión de que está separado del universo y que todas las almas son extensiones de la energía de Dios. Comenzará a tratar a los demás como le agradaría que lo tratasen a usted. Se sentirá conectado con todo y con todos.


* Trate de borrar de su mente la palabra "especial". Especial implica mejor que, o más importante que. Niega que Dios habita en cada uno de nosotros. Todos somos especiales a los ojos de Dios: por lo tanto, nadie necesita la etiqueta de "especial". No hay favoritos. No se relega a nadie.
Todos somos Uno.


* Escriba un diario. Trate de describir en que le beneficia sentirse ofendido. Lo que lo ofende es obra de su ego. No pretenda que el mundo debería ser como usted es y no como en realidad es.


* Dé más de sí mismo y pida menos a cambio. León Tolstoy, pasó de ser un egocéntrico a ser un servidor de Dios, luego de aprender muchas lecciones y pasar por tribulaciones. Y escribió lo siguiente: "El único significado de la vía es servir a la humanidad". Sea quien acaricie. Sea quien da cariño.


* Recuérdese cada día que el más alto culto que puede rendísele a Dios es servir a la humanidad, y que mediante ese acto su yo espiritual se sentirá realizado.


* Ponga fin a la búsqueda externa de la libertad y conozca el sabor de la auténtica libertad que es la comunión con su yo espiritual.
La auténtica libertad no necesita nada para demostrar su existencia. Sólo siendo auténticamente libre podrá amar, porque no existe amor sin libertad. La falsa libertad exige que tenga a la mano algo que dé fe de su existencia

miércoles, 4 de abril de 2012

El EGO y las relaciones humanas parte 3

Los que no se entregan a las tretas de su ego son libres, porque ven el bien en todos. Son naturales. Son Felices. No juzgan, no critican, no condenan, no atacan y después no se lamentan. Eso se llama Perdón, una vieja palabra incomprendida, que te salvará de los juicios terribles de tu ego, hacia ti o hacia otros. Perdonar es liberarse del miedo que el ego implanta en ti como arma frente a los demás. No seas como “el caballero de la armadura oxidada”, deshazte del miedo y vuelve al amor, reconociendo y desarmando a tu ego. Por cierto, que es un buen libro que te recomiendo para conocer mejor a tu ego.
Las relaciones fluyen cuando el ego está desactivado por tu vigilancia sobre él. Eso y no otra cosa es estar “presente”, en el aquí y ahora. Tener “Presencia” es observar en todo momento a tu ego. Es cuestión de práctica. Uno es libre y feliz cuando no cae en las garras de su ego. No mantiene intereses ocultos, ni usa las relaciones personales para los intereses mundanos del propio ego.
El ego puede crecer muchísimo si no lo identificamos y erradicamos. Te puede hacer girar en torno a él como a una peonza. Lo comprobarás pronto cuando sepas identificar a otros egos. Ten cuidado. Es muy listo, porque está leyendo esto contigo. El ego está en ti, pero a partir de ahora puedes evitarlo. ¡Cuando lo descubras actuando a través de ti puedes llevarte una gran sorpresa! Después lo confirmarás cuando lo veas en otros, asomando tímida o abiertamente.
Liberarte de él ha sido siempre el fin de las religiones y filosofías de todos los tiempos. Pero el ego se entrometió y las volvió rancias e inútiles. Conocerlo es la clave para entender muchas de ellas y alcanzar el fin que propugnan. No minusvalores esta información que te doy. Por supuesto que no es sólo mía. Es sabiduría de todos los tiempos, la cual yo extraje principalmente de “Un Curso de milagros”. Un libro incomparable, te lo recomiendo. Cuando comprendas a tu ego, lo verás en todas partes, trabajando duramente sobre éste mundo. Alcanzar la liberación quiere decir liberarse del ego, de tu ego.
La leyenda de Narciso es una forma sabia de recordarnos el peligro de vivir enfocados en nuestro ego, atrapados por él. La mayoría de las personas vagan por el mundo en ese estado, por eso se dice que están dormidas. No se disocian de su ego, y es eso lo que trae los problemas. Narciso estaba enamorado de sí mismo, o sea, vivía para su ego. El no lo sabía y, por tanto, se confundía con él: como tú y yo hasta hace poco.  Todo lo que hacía Narciso era alabar, cuidar y proteger a su ego, es decir centrase en lo que creía ser. Sin serlo.
Murió ahogado por él, asfixiado de sí mismo, por ser ignorante de Quien Era El en realidad. No busques las relaciones humanas para engrandecerte, experimentar, o proteger a tu ego. Eso te llevará a la ruina moral. Búscalas para tu Espíritu y volarás por cielos maravillosos de Paz. Identificar a tu ego y desentenderte de él te facilitará las relaciones humanas más felices y gratificantes que jamás imaginaste. Nunca pensarás mal de ti, ni por lo tanto de otros. Serás libre como las aves del cielo, y sobre todo…¡feliz!
El ego es el Gran Seductor. Utiliza sus juegos y artimañas para conseguir sus fines, y los blanquea para que parezcan legales o lícitos. Ten cuidado o te engañará. No tengas miedo en tus relaciones, simplemente ama. Ama todo el tiempo, y perdona siempre. Eso desactiva a tu ego, y disuelve sus intereses, a veces recónditos. Sé que esto no es fácil de hacer, pero era porque no comprendías lo atrapado que estabas por tu ego. Ahora ya lo comprendes, y espero que a partir de hoy, te liberes paulatinamente de tu enemigo interno, el invisible e implacable ego. Tu otro yo, que has confundido con tu verdadero Yo.
Gracias por haber llegado hasta aquí y que tengas un nuevo día a partir de hoy.

martes, 3 de abril de 2012

El EGO y las relaciones humanas Parte 2

Las relaciones humanas se pueden establecer a través del ego o del Espíritu, pero normalmente se hace a través de los dos. Lo ideal es relacionarse sólo con el Ser Que Somos, el Espíritu, pues Todos Somos Uno. Pero muchos se relacionan solo a través de su ego. Los puedes ver todo el día en la TV, en la calle, en el cine, el la literatura… El ego es un buscador de experiencias y siempre tratará de arrastrarte por nuevos caminos en busca de fama, dinero, sexo, poder, lujos, y todo tipo de experiencias mundanas. Pero aunque obtengas todo ello, nunca encontrarás la paz fuera de TI Mismo, de tu Espíritu. La meditación es un camino a tu Espíritu, pues consiste en observar y hacer callar la voz del ego que habla siempre en tu cabeza. Con su cháchara interminable te entretiene y mantiene alejado de su control sobre ti. Pero la meditación lo desarma, sobre todo si reconoces la existencia del ego en ti.
El ego tiene muchas caras, muchos disfraces porque es un embaucador. Te ha embaucado durante muchos años, porque está en tu mente y conoce todo lo que tú conoces, pero tú no lo conocías a él. Hasta hoy. El es tu demonio interno, que se sube a tu hombro y te aconseja utilizando los juicios y el miedo para que le sigas en sus planteamientos separatistas con respecto a tus hermanos. Su existencia dio lugar a la fábula de la expulsión del Paraíso. No es broma, perdimos el cielo al elegir seguir al ego.
Para relacionarte bien es básico identificar a tu ego e ir abandonándolo progresiva y definitivamente. El se disfraza de tu valedor, cuidador y protector frente a los demás, pero es todo lo contrario. Es un áspero juez que te condenará junto a los otros, a los que utilizará para descargar sus culpas como si fueran chivos expiatorios. “Los demás son los malos“, te dice, pero es otra mentira de tu ego que te has creído hasta ahora. No creas más en sus juicios sumarísimos. Todos Somos Uno y ellos son Tú, si los condenas te condenarás a ti mismo. Si los perdonas obtendrás la libertad de Espíritu que anhelas y buscas sin saberlo en los múltiples paraísos sin fin que te propondrá tu ego. Hasta que pierdas todo tu tiempo en el mundo y necesites volver al mismo para arreglar y componer lo que dejaste mal atado (le llaman karma).
El ego contaminará TODAS las relaciones que establezcas, por muy buenas que sean, especialmente si no lo sabes identificar en ti. Obsérvalo 24h. Cuando aparezca a darte sus consejos o juicios acerca de otros, óbvialo y desentiéndete de él. Recuerda que nunca debes juzgar a nadie, o estarás dando fuerza a tu ego y él te dará su medicina: el dolor. Siempre que te sientas mal en tus relaciones es porque has pensado mal de los demás y has sido pillado por tu ego. El amor siempre da bienestar y felicidad. Comprueba que tu ego tratará de volcar su culpa en otros, para justificar tu sufrimiento. Pero eso se va a acabar cuando lo descubras y cuando te des-identifiques de él. Vigilalo sin cesar y después ríete de tu ego y de sus sugerencias.

lunes, 2 de abril de 2012

El Ego y las relaciones humanas Parte 1

No nos damos cuenta de ello, pero todos tenemos un ego al que confundimos con nosotros mismos. Sin embargo no es éste el yo que verdaderamente somos. Pero éste “yo personal”, que tú habitualmente llamas “yo”, o Pepe, o Juan…etc, es tan sólo un concepto al que tú le otorgas realidad. Ese concepto de lo que eres y de lo que otros son, es simplemente una creencia. Una mera opinión de lo que Tú eres, o los demás son, sin serlo. Esa entidad ficticia que tu defiendes en ti o que atacas en los demás, sin siquiera saberlo, es la que denominamos ego.
Tu ego por tanto, no es una entidad física, sino una creencia de lo que piensas que eres. Es un estado mental que has construido sobre ti y que va cambiando contigo. Tú lo defiendes porque desconoces su existencia en ti y el daño que te hace. El ego ocupa la porción inferior de tu mente y se constituye en una entidad energética que presiona por su alimento: los malos pensamientos y bajas energías de todo tipo. El ego crece y se alimenta del odio, que es una de las muchas caras del miedo (el miedo es ausencia de amor). Y donde hay amor no puede haber miedo, ni tampoco ninguna otra emoción negativa.
Como tú le das mucho valor a tu creencia en el ego, lo haces importante, y él se hace presente para ti y parece ser cierto, real, pero te aseguro Tu no eres eso que crees ser. Eres mucho mas que tus pensamientos o tus creencias de lo que te han dicho que eres, y que lo que tú mismo has construido duramente. El ego es la personalidad que has recibido y forjado para ti mismo, a partir de tu predisposición kármica, tu herencia genética, las enseñanzas de tus padres, familiares, profesores, amigos, etc… El ego es, por así decirlo, tu respuesta al mundo que has ido conociendo desde niño. El es tu castillo, tu refugio, el ser que -erróneamente- crees ser.
El ego es un yugo que cargas desde que naces hasta que alguien te enseña su presencia en ti. Es como un carcelero que va dando forma a tu carácter, moldeándolo desde el nacimiento a la muerte, y que se muestra ante los demás mediante tu forma de ser y pensar que estará basada en tus experiencias, creencias y conocimientos acerca este mundo que ves, el mundo del ego. Es el caballo negro que tira de tu carruaje si no lo descubres, ¡¡y no te dejará escapar fácilmente!! Créeme que liberarte de él, ¡es nuestro trabajo aquí en el mundo!
El ego es un yo falso que pretende sustituir –y lo consigue- a tu Yo Profundo, el cual es tu verdadero Yo. Es el otro caballo, en este caso blanco, que tira de tu carruaje. Recuerda el mito del aúriga de Platón. Probablemente tampoco lo conoces, pero tu “Yo verdadero” es tu ser auténtico, el que tú realmente eres. No es modificable, pues ya es perfecto. Él es tu Espíritu, el cual ha decidido por alguna razón manifestarse mediante un cuerpo, como medio de interacción con el mundo físico. Lo mejor que puedes hacer es dejarte guiar por él. Todos y cada uno de nosotros, somos seres espirituales, seres luminosos auténticamente perfectos. No hay nadie mejor, ni peor, ni bueno, ni malo… pero jugamos con el ego a todo eso. No somos seres físicos, y el cuerpo es tan sólo un vehículo de expresión, como un guante que nos enfundamos para poder tocar este mundo. Somos energía, somos Amor. Olvidar esto nos ha costado muy caro. Nos ha costado el Cielo.