sábado, 31 de marzo de 2012

La Naturaleza

Por Eckhart Tolle 
Necesitamos a la naturaleza para que nos enseñe el camino a casa, el camino de salida de la prisión de nuestra mente. Dependemos de la naturaleza, no sólo para nuestra supervivencia física.

Nos hemos perdido en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar, estamos perdidos en un complejo laberinto, en un mundo de problemas.

Hemos olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales ya saben. Nos hemos olvidado de Ser, de ser nosotros mismos, de estar en silencio, de estar donde está la vida… Aquí y Ahora.

Llevar tu atención a una piedra, a un árbol o a un animal, no significa pensar en ellos, sino simplemente percibirlos, darte cuenta de ellos. Al darte cuenta de ellos, tú también entras en un lugar de profundo reposo dentro de ti mismo. Entonces ellos te transmiten algo de su esencia. Sientes lo profundamente que descansa en el 
Ser, completamente unificado con lo que “Es” y con “dónde está”.

Cuando camines o descanses en la naturaleza, honra ese reino, permaneciendo allí plenamente. Serénate… mira… escucha… observa cómo cada planta y animal son completamente ellos mismos. A diferencia de los humanos, no están divididos en dos. No viven a través de imágenes mentales de sí mismos y por eso, no tienen que preocuparse de proteger y potenciar esas imágenes.

Todas las cosas naturales, además de estar unificadas consigo mismas, están unificadas con la totalidad. No se han apartado del entramado de la totalidad reclamando una existencia separada… YO, el gran creador de conflictos.

Tú no creaste tu cuerpo y tampoco eres capaz de controlar las funciones corporales. En tu cuerpo opera una inteligencia mayor que la mente humana. Es la misma inteligencia que lo sustenta todo en la naturaleza. Para acercarte al máximo a esa inteligencia, se consciente de tu propio campo energético interno, siente la vida, la presencia que anima el organismo.

Cuando percibes la naturaleza tan sólo a través de la mente, a través del pensamiento, no puedes sentir su plenitud de vida, su Ser. Únicamente ves la forma y no eres consciente de la vida que la anima… del misterio sagrado. El pensamiento reduce la naturaleza a un bien de consumo, a un medio de conseguir beneficios, conocimiento o algún otro propósito práctico.

Observa, siente un animal… una flor… un árbol… y mira como descansan en el Ser.

Es una armonía, una sacralidad que además de compenetrar la totalidad de la naturaleza, también esta dentro de ti. Cada uno de ellos es él mismo. Tienen una enorme dignidad, inocencia, santidad.

En el momento en que miras más allá de las etiquetas mentales, sientes la dimensión inefable de la naturaleza, que no puede ser comprendida por el pensamiento.

La respiración es natural. El aire que respiras es natural, como el propio proceso de respirar.

Dirige la atención a tu respiración y date cuenta de que no eres tú quien respira.

Conecta con la naturaleza del modo más íntimo e interno percibiendo tu propia respiración y aprendiendo a mantener tu atención en ella. Esta es una práctica muy curativa y energetizante.

Produce un cambio de conciencia que te permite pasar del mundo conceptual del pensamiento, al ramo de la conciencia incondicionada.

Necesitas que la naturaleza te enseñe y te ayude a reconectar con tu Ser.

No estás separado de la naturaleza. Todos somos parte de la Vida Única que se manifiesta en incontables formas en todo el universo, formas que están, todas ellas, completamente interconectadas.

Cuando reconoces la santidad, la belleza, la increíble quietud y dignidad en las que una flor o un árbol existen… tú añades algo a esa flor o a ese árbol.

Pensar, es una etapa en la evolución de la vida. La naturaleza existe en una quietud inocente que es anterior a la aparición del pensamiento. Cuando los seres humanos se aquietan, van más allá del pensamiento. La quietud que está más allá del pensamiento, contiene una dimensión añadida de conocimiento… de conciencia.

La naturaleza puede llevarte a la quietud… ese es su regalo para ti.

A través de ti, la naturaleza toma conciencia de sí misma.

Cuando percibes la naturaleza y te unes a ella en el campo de quietud, éste se llena de tu conciencia… ese es tu regalo a la naturaleza.

Es como si la naturaleza te hubiera estado esperando durante millones de años para hacerlo.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El EGO Parte 3

El comienzo es importante. Al notar que el ego es disfuncional, se advierten sus diversas caras. En la desdicha se pueden cerrar los ojos, inspirar y percibir la presencia que se oculta. Se necesita enfocar la atención en el presente, ver que las cosas no son como parecen, retirar la capa superficial hasta detectar la presencia de la ausencia. Así aparecen dos presencias. Descubrir cuál es falsa es el principio. No hay que correr, sólo es cuestión de observar y tomar conciencia.
De pronto se descubre que se perdió la identificación y se la abandona. La mejor forma es que caiga como caen las hojas secas, sin hacer nada más que advertir  su presencia. A las hojas secas se las lleva el viento.
Al madurar el poder de la conciencia se reconoce que el ego era causa de desdichas y que se desvanece al dejar de alimentarlo. La mente y el ego dejan de gobernar, se convierten en súbditos de la conciencia y la presencia es el verdadero centro. Presencia del Ser, sin identificación con máscaras. Solo consciencia y sentimiento puestos en el presente.
Las técnicas de meditación permiten desprenderse de esa construcción y sumergirnos en lo que compartimos con todos los seres. Es otro estado de consciencia. Pero es difícil desprenderse del ego aunque se es más consciente de que existe, hay que dejar de ser su víctima, aprender a manejarlo, prestar atención al diálogo con el cual uno se habla a sí mismo, se explica el mundo e intenta que las cosas encajen en los conceptos con los que acomoda el mundo externo al interno.
Conócete a ti mismo. La libertad es la capacidad de tener actos conscientes. Pero la racionalidad es limitada y cada observador puede ver otra realidad. Existe el pluralismo y la relatividad. Construir la verdadera identidad consume energías pero es peor la falsa identidad, asumir como propios planes ajenos, eludir compromisos, diferir la resolución de la crisis y caer en la parálisis por exceso de análisis.
Para que la identidad no sea un sueño y para evitar que como dijo Rousseau: el hombre nazca libre y sin embargo por todas partes se lo encuentre encadenado, hay que dominar la metodología que desarrolla el potencial eligiendo los mejores proyectos y modelos,  para convertirse en el arquitecto que diseña su propio destino. El creador innovador es el mejor imitador que tiene dios en la tierra. Es el que aprendió a convertir su espíritu en materia.

martes, 27 de marzo de 2012

El EGO parte 2

El mundo es un espejo. Navegar en la falsa realidad no garantiza bienestar ni seguridad y el ego es presa fácil del contexto. La propagación de los virus crece rápidamente, provoca la impotencia y el temor, y lo anómalo es la norma.  Al formar parte de eso con lo que se identifica, no conoce otro mundo. La mente lo hace adicto a esas falsas identidades que lo esclavizan y lo alejan del verdadero ser.
Esa moral se fundamenta en premios y castigos e impulsa a crear una identidad (ego) que permite desenvolverse socialmente, aunque se sienta que todo es mentira y se experimente la ausencia del amor.
Un fanático que se siente superior, miente, persigue, mata, revelando una mente disfuncional. Es difícil rebelarse al orden establecido o romper con una norma social muy arraigada. El ególatra es un autómata doliente, cuya mente busca en el desván de su cabeza pensamientos viejos del pasado que no se detienen en el presente.

El radar o la brújula. Dejar de juzgar y valorarse desde afuera, de imitar a la moda o a los ricos y famosos, inicia el proceso de cambio. Hasta aquí no se usaba la brújula para conocer el mundo interior. Todo lo que daba sentido a la vida estaba afuera, desde donde se regulaba la existencia, la moral, la identidad, el estilo de vida y las creencias.
Se producía así la desconexión con la identidad real. Ni siquiera se sospechaba de la existencia del verdadero centro vital. Sin embargo ese algo con lo que se nace no se puede separar, pero si ocultar.
Al perder la conciencia de la verdad, se actúa en piloto automático.
Esto genera seres vulnerables, dependientes,  reactivos,  adictos a los estímulos, que se frustran, se tensionan y se atemorizan con frecuencia.
Son seres que se irritan cuando no suceden las cosas que desean.
El falso ego lleva a la desdicha. Cautiva con promesas de un futuro mejor que a la larga las defrauda. Distorsiona la realidad y causa el sufrimiento por identificarse con creencias falsas. El ego siempre encuentra razones para sufrir con excelentes argumentos. Se especializa en crear víctimas que padecen injusticias. La preferida es: el día que tengas esto o seas aquello podrás ser feliz. Se enseña a sobrevivir a situaciones que no se pueden apartar.  Sólo aprendiendo a elegir y a dejar de lado la desdicha, se deja de ser esclavo de la mente.
La batería del auto usada para iluminarlo se arruina, pero conectada con el encendido del motor se recarga. Del mismo modo hay que conectar los deseos y  los recursos con los altos valores.
Al ego hay que conocerlo y aceptarlo, toda pelea desgasta.  Hay que agradecerle el haberse construido: ha sido y es muy útil. Ha puesto energía y dedicación. Hay que entender  para qué sirvió y para qué no. En qué facilitó las cosas y en qué las trabó. Hay que saber cambiarlo, después de todo el ego es una construcción. Fue una construcción inconsciente y automática, hecha sin haber prestado la debida atención.

lunes, 26 de marzo de 2012

El EGO Parte 1


Hay varias definiciones de ego. Una es el aprecio excesivo que una persona siente por sí misma. Otra,  la que desarrollamos en esta nota, es la de instancia psíquica que se reconoce como “yo”.
El ego es una entidad que se va autoconstruyendo a nivel inconsciente a lo largo de la vida través de la adquisición de conocimientos, creencias, hábitos y experiencias. La falta de conciencia hace pensar que uno es eso que ha venido haciendo y experimentando.
Darse cuenta de la existencia del ego, el “yo” mental y emocional no creado desde adentro, sino impuesto por el medio, es un primer paso en la toma de conciencia y en el despertar de lo que permanece dormido.
Al disociar un yo observador de cómo funciona el ego, es posible dirigir la mirada hacia otra cosa. Hasta entonces se podía ser más o menos sano, centrado, equilibrado o feliz, pero la conciencia, esa otra cosa. Es la presencia que todavía no había llegado de lo que uno verdaderamente es. Y llega cuando la mente se conecta con su fuente espiritual y recién entonces el sujeto puede elegir por sí mismo.
Aprender a ser. Es el principio clave de las 4 A de la educación. Mientras tanto el Ego utiliza las 3 A restantes: aprender a hacer,  aprender a aprender y aprender a convivir. Aprender a ser es un aprendizaje duro que muy pocos finalizan, porque el sistema educativo no da prioridad al autoconocimiento y privilegia la información.
Esto genera patologías de la personalidad como no saber lo que quiero ni lo que soy.  Esto implica crear un ego distinto al real. Esa creencia falsa, lo que uno cree que es, le impedirá potenciar lo que podría llegar a ser. El sujeto se identifica con el ego que es un fragmento de sí mismo y desconoce la dependencia a la que se somete, hasta que un buen día se despierta e intenta vivir libremente.
El ego es el medio que usa la inteligencia para lograr sus fines en un sistema educativo y en un medio social donde reina la imperfección. El riesgo es no descubrir el genio interior y quedar atado a roles funcionales alejados del centro espiritual. En una sociedad así nadie esté contento con lo que hace. El test de la inteligencia emocional consiste en la alegría o en la apatía con que se encara cada jornada
No se puede operar sin una identidad. El creador del ego es la mente. Cuando no la gobierna la conciencia el ego se fragmenta. La mente es dirigida desde afuera por una sociedad de consumo que ofrece siempre algo nuevo y genera el miedo a perderlo. Así se rebaja la energía y se carece de paz y felicidad en el presente.
Un cuerpo sin mente sería un vegetal sin capacidad de sentir, de pensar o de actuar. Una mente sin conciencia produce un ego frágil.
El aprendizaje se da siempre en contextos sociales, pero aprender a ser es posible sólo cuando se llega al origen de lo que se experimenta, eso que las emociones se encargan de manifestar. Cuando la mente se alinea con la conciencia optimiza sus capacidades de elección.
Tomar las riendas. La mente que no abreva en su fuente espiritual carece de señales que orienten la acción, el ego vaga errante y las emociones no forman parte del espíritu. Disociadas del ser los éxitos son fugaces y los traumas se internalizan. En cambio ancladas al espíritu brindan la sensación de unidad, amor, integración y paz.
La mente es un software que brinda  libertad creadora pero puede operar mal y originar un ego dividido, cuando el programa está infectado por los virus que pululan en el contexto. Se fabrica una prisión sin que se lo advierta porque nunca se vivió algo distinto.
Mañana continuamos...

domingo, 25 de marzo de 2012

El desafío del trigo


Un día un viejo campesino fue a ver a Dios y le dijo: 

- "Mira, tú puedes ser muy Dios y puedes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: No eres un campesino, no conoces ni siquiera el principio de la agricultura. Tienes algo que aprender".
 
Dios dijo: ¿Cuál es tu consejo?. 


El granjero le respondió: 


- "Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo quiero y veamos que pasa. La pobreza no existirá más. 


Dios aceptó y le concedió al campesino un año. 


Naturalmente éste pidió lo mejor y sólo lo mejor... ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano. Todo confortable y cómodo... y él era muy feliz. 

El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol... había sol; cuando quería lluvia... había tanta lluvia como hiciera falta. 

Ese año todo fue perfecto, ¡matemáticamente perfecto!. 

El trigo crecía tan alto que el granjero fue a ver a Dios y le dijo: 

- "¡Mira!, esta vez tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en 10 años, aun así tendremos comida suficiente". 

Pero hubo un problema... cuando se recogieron los granos todos estaban vacíos. 

El granjero se sorprendió y le preguntó a Dios: "¿Qué pasó?, ¿qué error hubo?. 

Ante tal inquietud Dios le respondió: 

- "Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tu evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió impotente. 

Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo". La noche es tan necesaria como el día y los días de tristeza son tan esenciales como los días de felicidad. A esto se le llama lucha y esfuerzo. 

Entendiendo este secreto descubrirás cuan grande es la belleza de la vida, cuánta riqueza llueve sobre ti en todo momento, dejando de sentirte miserable porque las cosas no van de acuerdo con tus deseos. 

sábado, 24 de marzo de 2012

Tu verdadero valor

Un orador inició su seminario mostrando al auditorio un billete de 1,000.00 pesos. Dirigiéndose a los espectadores, preguntó:


- ¿Quién quiere este billete?

Muchas manos se levantaron. Luego dijo:



- Se lo voy a dar a alguno de ustedes, pero primero permítanme hacerle esto... 


Cogiéndolo con ambas manos, lo convirtió en una bola, dejándolo todo arrugado. 


Entonces volvió a preguntar:


- ¿Quién lo quiere todavía? - las manos volvieron a subir -. 


Bien, ¿y si le hago esto...? - lo dejó caer al suelo y lo pisoteó. Lo recogió y volvió mostrarlo al auditorio -. 


Y así, todo arrugado y sucio... ¿todavía lo quieren?


Las manos se mantuvieron arriba.


- Amigos, han aprendido una lección muy valiosa: no importa todo lo que le haya hecho al billete, ustedes de cualquier manera lo quieren porque su valor no ha disminuido. Sigue valiendo los mismos 1,000.00 pesos.


"Muchas veces en nuestras vidas caemos, nos arrugamos, o nos revolcamos en la tierra por las decisiones que tomamos y por las circunstancias que nos rodean. Llegamos a sentir que no valemos nada. Pero no importa lo que hayamos pasado o cuanto pueda ocurrirnos, nunca perdemos el valor que tenemos. Sucios o limpios, abatidos o victoriosos, somos igualmente valiosos".

viernes, 23 de marzo de 2012

Lo que hace el miedo


En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto. 

Siempre que hacía prisioneros, no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre.

En esta sala el rey les hacía formar un círculo y les decía entonces... "Ustedes pueden elegir entre morir atravesados por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta misteriosa". 

Todos  elegían ser  muertos  por  los  arqueros.  Al  terminar  la  guerra, un soldado que por mucho tiempo sirvió al rey se dirigió al soberano y le dijo... 


- Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?,- y le responde el rey: Dime soldado. 


- ¿Qué había detrás de la horrorosa puerta? 


- Ve y mira tú mismo.- respondió el rey. 


El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y aclararon el ambiente... y, finalmente, descubrió sorprendido que la puerta se abrió sobre un camino que conducía a la libertad. 

El soldado admirado sólo miro a su rey que le decía... 

- Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir que arriesgarse a abrir esta puerta. 

¿Cuántas puertas dejamos de abrir puertas por el miedo de arriesgarnos? 

¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños?. 

jueves, 22 de marzo de 2012

¿Cómo haces sentir a las personas?


En un vuelo trasatlántico de la línea aérea British Airways tuvo lugar el siguiente suceso:

A  una  dama la sentaron  en el  avión al  lado de  un hombre de etnia negra. 


La mujer pidió a la azafata que la cambiara de sitio, porque no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable.


La azafata argumentó que el vuelo estaba muy lleno, pero que iría a revisar a primera clase a ver si por si acaso podría encontrar algún lugar libre.

Todos los demás pasajeros observaron la escena con disgusto, no solo por el hecho en si, sino por la posibilidad de que hubiera un sitio para la mujer en primera clase. 

La señora se sentía feliz y hasta triunfadora porque la iban a quitar de ese sitio y ya no estaría cerca de aquella persona. 

Minutos mas tarde regreso la azafata y le informo a la señora:
- Discúlpeme señora, efectivamente todo el vuelo esta lleno... pero afortunadamente encontré un lugar vacío en primera clase.

Sin embargo, para poder hacer este tipo de cambios le tuve que pedir autorización al capitán. El me indico que no se podía obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable.

La “señora" con cara de triunfo, intentó salir de su asiento, pero la empleada en ese momento se voltea y le dice al hombre de raza negra: 

- ¿Señor, seria usted tan amable de acompañarme a su nuevo asiento?

Todos los pasajeros del avión se levantaron y ovacionaron la acción de la azafata.

Ese año, esta empleada y el capitán fueron premiados y gracias a esa actitud, la empresa se dio cuenta que no le había dado demasiada importancia a la capacitación de su personal en el área de atención al cliente, la empresa hizo cambios de inmediato; desde ese momento en todas sus oficinas se lee el siguiente mensaje:

Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, las personas pueden olvidar lo que les hiciste, pero nunca olvidaran como los hiciste sentir.

miércoles, 21 de marzo de 2012

El secreto de la felicidad


Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el Secreto de la Felicidad. El joven anduvo durante cuarenta días por el desierto, hasta que llegó a un hermoso castillo en lo alto de una montaña. Allí vivía el sabio que buscaba.

Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas conversando en los rincones, una pequeña orquesta que tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los más deliciosos manjares de aquella región del mundo. El sabio conversaba con todos, y el joven tuvo que esperar dos horas para que lo atendiera.


El sabio escuchó atentamente el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel momento no tenía tiempo de explicarle el Secreto de la Felicidad. Le sugirió que diese un paseo por su palacio y volviese dos horas más tarde.- Pero quiero pedirte un favor —añadió el sabio entregándole una cucharita de té en la que dejó caer dos gotas de aceite—. Mientras caminas, lleva esta cucharita y cuida de que el aceite no se derrame.

El joven comenzó a subir y bajar las escalinatas del palacio manteniendo siempre los ojos fijos en la cuchara. 

Pasadas las dos horas, retornó a la presencia del sabio.- ¿Qué tal? —preguntó el sabio—, viste los tapices de Persia que hay en mi comedor? ¿Viste el jardín que el maestro de los jardineros tardó diez años en crear? ¿Reparaste en los bellos pergaminos de mi biblioteca?

El joven, avergonzado, confesó que no había visto nada. Su única preocupación había sido no derramar las gotas de aceite que el sabio le había confiado.- Pues entonces vuelve y conoce las maravillas de mi mundo —dijo el sabio—. No puedes confiar en un hombre si no conoces su casa.

Ya más tranquilo, el joven tomó nuevamente la cuchara y volvió a pasear por el palacio, esta vez mirando con atención todas las obras de arte que adornaban el techo y las paredes. Vio los jardines, las montañas a su alrededor, la delicadeza de las flores, el esmero con que cada obra de arte estaba colocada en su lugar. 

De regreso a la presencia del sabio, le relató detalladamente todo lo que había visto.

- ¿Pero dónde están las dos gotas de aceite que te confié? —preguntó el Sabio.El joven miró la cuchara y se dio cuenta de que las había derramado.

- Pues éste es el único consejo que puedo darte —le dijo el más Sabio de todos los Sabios—, el Secreto de la Felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo, pero sin olvidarse nunca de las dos gotas de aceite en la cuchara.

Los seres humanos, estamos acostumbrados a admirar lo que hay fuera de nosotros y nos olvidamos de los maravillosos que somos. Puedes admirar todas las maravillas a tu alrededor pero nunca te olvides de admirar la maravilla que hay dentro de ti.